La polémica vivida esta semana por la retirada de los crucifijos y la prohibición de los actos religiosos del Colegio Público Ortega y Gasset de Almendralejo (Badajoz) no ha podido resultar más esclarecedora. Nos ha permitido entender cómo puede llegar a manipularse la realidad desde los dictados ideológicos del poder, con la imprescindible colaboración de determinados medios. La forma en que El País, por ejemplo, ofreció la noticia a toda plana el pasado martes resulta muy significativa.
Pero en esta ocasión ha habido un factor que ha resultado decisivo para que las cosas, por una vez, hayan sido diferentes: el coraje y la coherencia de los padres del Colegio Público Ortega y Gasset. Su admirable respuesta cívica está permitiendo que la opinión pública conozca la verdad sobre quién ha instado la retirada de los crucifijos, de dónde ha venido realmente la orden y, sobre todo, cuál es el verdadero sentir de los padres del colegio.
Hoy la prensa refleja el último episodio de esta polémica: los padres del Colegio, reunidos en asamblea y apelando a la libertad religiosa que les garantiza el art. 16 de la Constitución, han decidido por unanimidad dar la batalla judicial para mantener los crucifijos en sus aulas, así como los actos religiosos que forman parte de la tradición del colegio.
Leer en El Mundo ‘Los padres pedirán en los tribunales que no se retiren los crucifijos del colegio’ (12/11/2010)
Leer: “Somos más de 400 padres unidos frente a la opinión de uno solo”
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