En 2007 Benedicto XVI permitió que se volviera a celebrar la Misa según la liturgia de antes del Concilio Vaticano II, sin necesidad de un permiso especial. Durante tres años, obispos de todo el mundo han informado al Vaticano de los problemas que han encontrado al aplicarlo. El Vaticano ha publicado ahora las respuesta a estos problemas. El documento es la Instrucción “Universae Ecclesiae”.
Lo firma el cardenal William Levada. Precisa por ejemplo que quienes participen en esta liturgia no podrán oponerse a la celebración por la forma ordinaria y deben reconocer al Papa como pastor supremo de la Iglesia universal.
P. Federico Lombardi
Portavoz del Vaticano
“Quienes piden esta forma extraordinaria no pueden polemizar. FLASH Se cita en el número 19, “no puede de ninguna manera sostener o pertenecer a grupos que se manifiestan contra al validez o legitimidad de la forma ordinaria y sobre la autoridad del Papa como pastor de la Iglesia universal. Así que si un grupo pide esto porque considera que el otro rito de la Misa no es válido, no se le permite”.
El documento confirma que se podrá celebrar esta liturgia siempre que un grupo suficientemente numeroso de personas lo pida si no interrumpe el horario habitual de la parroquia. Quienes lo solicitan pueden ser de distintas parroquias o diócesis.
La instrucción concreta las requisitos especiales que debe cumplir el sacerdote. Deberá conocer el latín al menos para entender y pronunciar bien lo que está leyendo.
Don Juan Ramon yo no entiendo mucho de esto. No se si es que soy muy torpe o que. Tal vez es que soy joven o que no entiendo el latin. Pero a mi me gusta un Jesucristo en la misa mas cercano. Tanto en sus palabras, como a la hora de romperse en pedazos por el perdon de mis pecados.
ResponderEliminarSon importantes las dos cosas. Las misas en lenguas vernáculas, para que el pueblo la siga mejor. Y las misas en latín. La razón es simple. Ante la diversidad de lenguas es bueno que la Iglesia tenga una en común. Desde siempre ha sido ésta. Así, cuando se reúnen los fieles de diversas lenguas pueden participar en esa lengua común. Además, el latín, al ser una lengua muerta, es lengua fija y eso facilita que no se pierda el sentido genuino de todo lo que se dice. Finalmente, la misa tridentina es de una riqueza extraordinaria, y me parece positivo que no se pierda. Un saludo
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