asamblea en Sol |
El movimiento reproduce uno por uno los vicios que denuncia en los políticos
Kafka no ha estado estos días en Sol, pero sí el filósofo Agustín García Calvo, que dio una charla el jueves. Y dijo a los congregados: "No debatáis sobre el futuro, lo que habéis hecho ya es mucho. Dentro de vosotros hay rebeldía, pero también obediencia". En otras palabras: los problemas del hombre no están en "la sociedad", ese ente abstracto, sino dentro del propio hombre.
Así ha reproducido Sol -primero una muestra de indignación abierta a todo credo, ahora una feria en un 90% perrofláutica- todos los vicios que una vez pretendió extirpar del poder:
ratas en la acampada |
- Burocracia. Los políticos crean mil estructuras en su propio beneficio, se dice. Pues bien: Acampada Sol ha llegado a contar con 42 comisiones. Y ello sólo para su propio funcionamiento, para su supervivencia, como se denuncia que hacen "los políticos".
- Corrupción. El salpicón de corruptelas lleva tiempo haciendo irrespirable el ambiente político. Cuando la Acampada llevaba 10 días funcionando, la comisión de Legal pidió una auditoría de la de Comunicación. Es decir, ya hay indignados 'imputados' por otros indignados.
- Bipartidismo. PSOE y PP se pasan la pelota. Sol ya está partido en dos bandos: los que quieren desmontar e irse, y los que pretenden quedarse "hasta que haya un cambio real" o "una revolución".
- Jerarquías. "La sociedad es vertical, no respeta la opinión de todos, vamos a imponer la horizontalidad", decían. Pues bien: los irreductibles del 'Cono Sur', los que se niegan a irse de Sol, ya han montado su comisión de Acampados. Motivo: "La gente que quiere mangonear esto ha montado la estructura para controlarnos".
- Clasismo. "Hay indignados de primera y otros de segunda", dice un chico de raza negra que acampa en el núcleo de irreductibles. "Yo vivo en la calle, y me solidarizo con el movimiento. ¿Por qué ellos no se pueden solidarizar conmigo? Ah, claro, es que es muy duro vivir en la calle. ¡Ahora se están dando cuenta, estos avariciosos!".
- Manipulación en los medios. Los medios tradicionales "manipulan y mienten". El campamento, por su parte, es un puro hervidero de rumores en el que no falta, por ejemplo, quien sospecha que la denuncia de las feministas de "abusos sexuales" podría ser una estrategia para forzar el desmantelamiento. Los mismos portavoces, rotatorios, suelen admitir su propio grado de desinformación.
- Explotación. La anécdota es de un fotógrafo que ha cubierto el tema desde el 15 de mayo. "Una noche una comisión me dejó entrar a su 'stand' para hacer fotos. Llegó uno y dijo: 'Oye, sal de aquí, no queremos fotógrafos'. A la noche siguiente, vinieron a buscarme: 'Perdona, ¿podrías pasar esta noche con nosotros en el 'stand'? Es por si nos desalojan, queremos testigos'".
- Bronca partidista. "Los políticos no hablan de nuestros problemas, sino sólo de los suyos". Hace días que Sol, cuya falta de acuerdo general es clamorosa, debate sobre todo acerca de su propia pervivencia como acampada, ciega a que el Movimiento 15-M tiene una anchura mucho mayor.
- Enfrentamiento. El navajeo en la política y la empresa es "una constante". Pues bien, muchos de los cabecillas de Sol llevan días repitiendo que el campamento no es un lugar seguro. "¿Y si hay un navajazo?", se escucha en las comisiones, para abonar el terreno a una reestructuración o una salida que, cada día que pasa, parece más quimérica.
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