"Que cada parroquia, comunidad religiosa, monasterio, santuario de Europa acoja a una familia", declaró el pasado domingo el pontífice durante el Angelus en la plaza de San Pedro del Vaticano, indicando que se trata de un "gesto concreto", en preparación del Jubileo de la Misericordia que se inicia en diciembre.
"Ante la tragedia de decenas de miles de demandantes de asilo que huyen de la muerte, víctimas de la guerra y el hambre, y que caminan hacia una esperanza de vida, el Evangelio nos interpela y nos pide ser 'los prójimos' de los más pequeños y los más abandonados, darles una esperanza concreta", afirmó Francisco.
No se trata solo de decir "ánimo, paciencia", incidió el Papa ante miles de fieles entusiastas. "La esperanza cristiana es combativa", dijo. "Me dirijo a mis hermanos los obispos de Europa, verdaderos pastores, para que apoyen mi llamamiento en sus diócesis".
Francisco explicó que empezará por su diócesis de Roma y que las dos parroquias del Vaticano acogerán "en los próximos días" a familias de refugiados.
Apoyándose en un texto del Evangelio en el que Jesús sana a un sordomudo, el Papa aseguró: "El milagro se ha cumplido, nos hemos curado de la sordera del egoísmo y del mutismo del repliegue en sí mismo".
El servicio de prensa del Vaticano explicó que el llamamiento de Francisco se dirige a las comunidades parroquiales en su conjunto y no únicamente a los sacerdotes.
Solamente Alemania, Francia e Italia totalizan 50.000 parroquias, sin contar las comunidades religiosas y los monasterios.
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