La ciudad de Holguín fue la segunda etapa de la visita del Papa a Cuba. Antes de llegar a la plaza de la Revolución donde tuvo lugar la Misa, Francisco paseó en papamóvil por unas calles llenas de entusiasmados peregrinos que recibieron el saludo y la bendición del Papa.
En su homilía, Francisco reflexionó sobre la conversión de San Mateo. Recordó que Dios transforma los corazones.
FRANCISCO
"Él sabe ver más allá de las apariencias, más allá del pecado, del fracaso o de la indignidad. Sabe ver más allá de la categoría social a la que podemos pertenecer. Él ve más allá esa dignidad de hijo”.
Cristo mira a las personas con ojos de misericordia, explicó Francisco. Más allá de los pecados o faltas. Dijo que su amor empuja a ser misioneros.
FRANCISCO
"Su amor cura nuestras miopías y nos estimula a mirar más allá, a no quedarnos en las apariencias o en lo políticamente correcto”.
Francisco pidió a los cristianos que se ocupen de las personas abandonadas y excluidas y de los enfermos y encarcelados.
No perdió la oportunidad de agradecer a las familias de la isla que ofrezcan sus casas como centros de oración y catequésis. Son las llamadas "casas de misión”.
FRANCISCO
"Una mención especial merecen las llamadas "casas de misión” que, ante la escasez de templos y de sacerdotes, permiten a tantas personas poder tener un espacio de oración, de escucha de la Palabra, de catequesis y vida de comunidad”.
El Papa se confió a la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba, y le pidió que cuide de los cubanos, especialmente, de quienes sientan que no hay un lugar para ellos.
Antes de marchase de la plaza de la Revolución, como es habitual el Papa pidió a los peregrinos que recen por él.
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