La ternura, en las cosas pequeñas, es la verdadera medida del amor. Éste es el mensaje central que el Papa Francisco dijo en la homilía de la misa conclusiva del Encuentro Mundial de las Familias de Filadelfia. Presentamos las cinco consignas que dejó el pontífice a las familias del mundo, así como a todas las personas que sueñan en crear una familia
La felicidad está ligada a gestos pequeños
La fe abre la «ventana» a la presencia actuante del Espíritu y nos muestra que, como la felicidad, la santidad está siempre ligada a los pequeños gestos. «El que les dé a beber un vaso de agua en mi nombre –dice Jesús– no se quedará sin recompensa» (Mc9,41). Son gestos mínimos que uno aprende en el hogar; gestos de familia que se pierden en el anonimato de la cotidianidad pero que hacen diferente cada jornada.
La fe crece con la práctica y es plasmada por el amor
El amor se manifiesta en pequeñas cosas, en la atención mínima a lo cotidiano que hace que la vida tenga siempre sabor a hogar. La fe crece con la práctica y es plasmada por el amor. Por eso, nuestras familias, nuestros hogares, son verdaderas Iglesias domésticas. Es el lugar propio donde la fe se hace vida y la vida se hace fe.
¿Qué mundo dejaremos a nuestros hijos?
¿Qué tipo de mundo queremos dejarle a nuestros hijos? Pregunta que no podemos responder sólo nosotros. Es el Espíritu que nos invita y desafía a responderla con la gran familia humana. Nuestra casa común no tolera más divisiones estériles.
Cristianos y no cristianos al servicio de las familias
Nosotros los cristianos, discípulos del Señor, pedimos a las familias del mundo que nos ayuden. Somos muchos los que participamos en esta celebración y esto es ya en sí mismo algo profético, una especie de milagro en el mundo de hoy. Ojalá todos fuéramos profetas. Ojalá cada uno de nosotros se abriera a los milagros del amor para el bien de todas las familias del mundo, y poder así superar el escándalo de un amor mezquino y desconfiado, encerrado en sí mismo e impaciente con los demás.
La prueba del amor
Les dejo como pregunta para que cada uno responda […] En mi casa, ¿se grita o se habla con amor y ternura? Es una buena manera de medir nuestro amor. Qué bonito sería si, en todas partes, y también más allá de nuestras fronteras, pudiéramos alentar y valorar esta profecía y este milagro.
alfa y omega
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