El diario La Razón se hacía anteayer amplio eco del Informe “Educación Afectivo-Sexual a escolares y jóvenes de la Comunidad de Madrid”, elaborado por la plataforma de padres Madrid Educa en Libertad (MEL). En dicho estudio se documentan un buen número de casos en los que, con absoluto desconocimiento de los padres, se obliga a los alumnos a asistir a “talleres sexuales” y otras actividades similares cuyo contenido en muchos casos es, además, incompatible con la educación integral de la afectividad que aquellos desean para sus hijos. Según recoge también el citado diario, la plataforma Madrid Educa en Libertad propone que “ante la avalancha indiscriminada de temas afectivo-sexuales en la escuela, se solicite a los padres su consentimiento previa información de los contenidos del taller y con suficiente antelación“.
En el mismo periódico y como apoyo del mencionado reportaje, se incluye un interesante comentario con el título “Los padres deciden”, firmado por Consuelo Martínez Priego, Profesora de Sociología de la Educación del Centro Universitario Villanueva. En él se destaca que “si toda tarea educativa es capital para el futuro del niño, aquella que trata sobre la capacidad de amar, habrá de ser objeto de especial atención por parte de los padres. De ahí nace la importancia de la educación afectivo-sexual, y también de agí nace el innegable derecho de los padres a conocer y decidir qué van a enseñar a sus hijos“.
PROFESIONALES POR LA ÉTICA
Yo para esto lo que le tengo dicho a mi hija (8 años) es: Cuando tu veas que van a darte una clase de educación sesual o que el profesorado habla algo en contra de Jesucristo que tu no ves normal, te pones en pie y te sales de la clase y le dices a quien te pregunte que eso no va con tu fe y que me llamen a mi. A lo primero mi hija sentia miedo, pero yo se que lo va superando y la vergüenza. Y se que llegado el momento está preparada para hacerlo. Yo creo que eso es lo que desde nuestra propia fe en familia debemos educar a nuestros hijos a no tener miedoa defenderse. Igual que conocen sus derechos como niños, que conozcan los fundamentales: el derecho a defender su fe sin miedo y que nadie pueda robarsela.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me parece bien. Pero hay que conseguir que la asignatura desaparezca. No es fácil conseguir que los niños sean héroes en esas circunstacias. Y los escándalos en esas edades marcan y se pagan caros. Un cordial saludo
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