El libro "Navarro-Valls, el portavoz" (ediciones Rialp) se presentó ayer en la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España a cargo de Manuel Pizarro, presidente de dicha Academia; Bieito Rubido, director de ABC; Cristina López Schlichting, directora del programa Fin de Semana de la Cope y Rafael Navarro-Valls, hermano de Joaquín y coordinador del libro.
La obra reúne 20 testimonios de personas que conocieron y trataron al primer laico y primer no italiano en ser portavoz de la Santa Sede durante veintidós años en los pontificados de Juan Pablo II y Benedicto XVI. Joaquín Navarro-Valls fue enviado especial del Papa en Moscú y la Habana, desempeñando labores de diplomacia vaticana con Gorvachov y Castro. Acompañando a Juan Pablo II, recorrió más de un millón de kilómetros, equivalente a veinte vueltas al globo. Anteriormente, fue corresponsal de ABC en Roma y Medio Oriente.
Entre los testimonios que reúne el libro se encuentran los de Alberto Michelini, periodista de la RAI y parlamentario italiano y europeo; Janne Haaland, secretaria de Estado del Ministerio de Asuntos Exteriores de Noruega, Federico Lombardi SJ, portavoz de Benedicto XVI, Ezio Mauro, director de La Stampa y La Repubblica, Beatrice Lorenzin, ministra de Salud de Italia, el cardenal emérito de Cracovia y secretario personal de Juan Pablo II Stanislaw Dziwisz y vaticanistas como Valentina Alazraki.
Durante la presentación a la que acudió Religión Confidencial, el director de ABC manifestó que, aunque no conoció personalmente a Joaquín Navarro Valls, le consta la talla humana y profesional del portavoz del Papa al que le definió como "un intelectual comprometido con su tiempo".
Recordó así mismo, el primer encuentro personal que mantuvo con Juan Pablo II y como de aquella reunión, cambió todo. "El Papa le llamó para consultarle sobre la comunicación del Vaticano y Navarro Valls definió ese encuentro de la siguiente manera: pensé que iba a hablar con el Santo Padre una hora y me quedé 22 años".
Cuando el Papa Wojtyla le preguntó sobre la comunicación de la Santa Sede, Navarro-Valls fue sincero: le explicó que el viejo sistema del vaticano era obsoleto y necesitaba una revolución. Y fue entonces cuando san Juan Pablo II le dijo que llevara él dicha revolución. Navarro-Valls le pidió al Pontífice que le dejara meditar tal responsabilidad, pero el Papa polaco le respondió: "No importa, basta con que me lo diga mañana".
Bieito Rubido también recordó el último breafing de Navarro-Valls a raíz del fallecimiento de Juan Pablo II. Cuando una periodista le preguntó sobre sus sentimientos, en ese momento el portavoz del Papa que se había mantenido hasta entonces sereno, rompió a llorar. "Era un gigante de la comunicación al servicio de un gigante de la santidad", señaló el director de ABC.
religionconfidencial.com
Juan Ramón Domínguez Palacios
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