Mons. Ocáriz nos anima a vivir este mes mariano en continua acción de gracias a Dios "por todo, porque todo es bueno”, como enseñaba san Josemaría.
Queridísimos, ¡que Jesús me guarde a mis hijas y a mis hijos!
Recordamos bien cómo san Josemaría nos animaba a mantener una actitud habitual de agradecimiento a Dios “por todo, porque todo es bueno” (Camino, n. 268). Es una sencilla y muy valiosa manera de orar.
Demos gracias al Señor por todas las cosas buenas que nos permite vivir y por tantos dones de los que muchas veces ni siquiera nos damos cuenta. También en medio de problemas, del dolor o de la experiencia de nuestra propia debilidad, Dios nos ofrece la oportunidad de ver más allá de lo inmediato para confiar en su amor: «Si dais gracias a Dios por todo, habréis adelantado mucho en vuestra vida espiritual», nos decía en una ocasión san Josemaría (28-III-1971).
Hace pocos días, hemos agradecido especialmente al Señor la ordenación de 34 nuevos sacerdotes de la Prelatura. Que esta acción de gracias nos lleve a rezar por todos los sacerdotes de la Iglesia para que, como ha pedido el Papa, «no le tengan miedo a gastar la vida por su gente» (15-XI-2018).
Ante la ya muy próxima beatificación de Guadalupe Ortiz de Landázuri, junto a seguir dando gracias, pidamos al Señor que nos ayude a comprender y vivir más profundamente la vida ordinaria como camino de santidad: de amar a Dios y a los demás con obras de servicio.
Como siempre, y especialmente en este mes de mayo, acudamos en nuestra oración a la mediación materna de Santa María.
Con todo cariño os bendice
vuestro Padre
Fernando
opusdei.es
Juan Ramón Domínguez Palacios
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