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miércoles, 8 de mayo de 2019

En buenas manos

Theo acaba de nacer. Después de dar a luz, su madre biológica le entrega a un programa de adopción. Los servicios de adopción deben encontrar entonces a la que se convertirá en su madre adoptiva. 
En el otro extremo, Alice (Élodie Bouchez) lleva casi diez años luchando por ser madre. Un grupo de profesionales trabajará para que Theo y Alice puedan reunirse.
La cinta presenta una historia coral con conciencia social, con múltiples personajes y numerosas subtramas bien hilvanadas, donde no falta ni sobra nada; y sabe pintar, con apenas unas pocas pinceladas, pequeños y grandes dramas cotidianos, introduciendo cuando es preciso un puntito de humor.

La película ofrece emociones genuinas, y el espectador nunca tiene la sensación de que están intentando convencerle de algo. Simplemente se muestra la belleza de la vida, que merece la pena valorar y amar, y de la necesidad que tiene cualquier niño de un entorno familiar sano y acogedor; y cómo un conjunto de profesionales se empeña en buscárselo, en un precioso proceso de acompañamiento a las personas implicadas, la madre que entrega y, en este caso, la madre que adopta.
Frente a los dogmas del feminismo radical, la película exalta la maternidad y la paternidad como algo grandioso –culminación de la feminidad y la masculinidad–, muestra una rica galería de variados personajes femeninos –con sus luces y sus sombras– y nunca caricaturiza a los masculinos, ofreciendo por el contrario un antológico modelo de marido y padre. Siempre, sin juzgar a unas ni a otros, intentando comprender sus razones o sinrazones, pero con una nítida jerarquía de valores, que impacta en el corazón del espectador y también en su inteligencia.
La película es una poderosa llamada para hacer examen de conciencia –especialmente en las sociedades occidentales– sobre el valor y la belleza de cada vida humana, las alternativas reales al aborto, la potencia de un sistema legal y social verdaderamente al servicio de la maternidad y la paternidad, y sobre el esencial carácter compartido y solidario de la felicidad frente al individualismo hedonista.
Por todo eso, y por su gran calidad formal, narrativa, dramática e interpretativa, parecen justas las siete nominaciones a los Premios César 2019 que recibió En buenas manos: mejor película, director, actor (Gilles Lellouche), actriz (Élodie Bouchez), guion original y música (Pascal Sangla). Lo sorprendente es que no ganara ninguno. (Almudí JD) Decine21: AQUÍ. (Jerónimo José Martín)

Juan Ramón Domínguez Palacios
http://lacrestadelaola2028.blogspot.com

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