Supone cinco veces más de lo que aportan los contribuyentes a través de la asignación tributaria.
La labor cotidiana de la Iglesia no solo tiene un importante impacto social también repercute positivamente en la economía.
La atención de las personas vulnerables y la celebración de sacramentos como la primera comunión o los bautismos –además de contribuir al bien común– dinamizan la actividad económica de nuestro país.
Así lo demuestra un estudio realizado por la consultora internacional EY, presentado ayer por la Conferencia Episcopal Española.
Según este informe, la labor ordinaria de las 69 diócesis, 23.0000 parroquias y las miles de sedes de Cáritas distribuidas en todo el territorio español tuvieron un impacto económico de 1.386 millones de euros en 2016.
Esto supone cinco veces más de lo que los contribuyentes asignaron a la Iglesia a través de la asignación tributaria. El 80 por ciento de los beneficios que generó la actividad de la Iglesia repercutió en la actividad sanitaria, los servicios sociales, la educación y la conservación de patrimonio.
En relación a la mitigación de la pobreza, la atención a los inmigrantes y la promoción del empleo, los fondos invertidos por la Iglesia multiplicaron por 2,5 el esfuerzo de los contribuyentes.
«Estos datos demuestran que la inversión que hace la sociedad en la Iglesia a través de la asignación tributaria es tremendamente rentable», afirmó ayer el vicesecretario de Asuntos Económicos de la Conferencia Episcopal Española, Fernando Giménez Barriocanal.
El gerente de los obispos también precisó que tras la liquidación definitiva de la Agencia Tributaria con respecto a la declaración de la Renta de la pasada primavera ascendió a más de 268 millones de euros, 213.000 euros más de lo establecido en la liquidación provisional presentada el pasado mes de diciembre. Estos fondos suponen un récord histórico desde que entró en vigor el actual sistema de asignación tributaria en el año 2007.
La labor de la Iglesia además generó empleo. Según el estudio realizado por la consultora EY y presentado este jueves, el empleo derivado de la actividad de las diócesis y parroquias supone un total de 64.925 empleos en España en 2016. Por cada empleado directo de la Iglesia católica se generan 0,27 puestos de trabajo adicionales en la economía española, especialmente en los sectores de la salud, educación, servicios profesionales y reparación de inmobiliario.
El estudio también subraya que la contribución directa de las 16 universidades de inspiración católicas que existen en España fue de 1.168 millones de euros en 2016, con un total de 87.425 alumnos, el 60% del alumnado que estudia en las universidades privadas.
«Incomparable»
Durante la presentación del informe, el consultor de EY, Alberto Castilla, destacó que «es difícil que exista una institución comparable» con la Iglesia para equiparar su impacto económico y social a otra organización, empresa o sector económico.
Giménez Barriocanal fue más allá de lo meramente monetario, al subrayar que «evitar la desigualdad y promover colectivos marginales es también una inversión rentable desde el punto de vista social». «La Iglesia hace lo que buenamente puede, no lo hace por rentabilidad económica ni beneficio si no porque esa es su misión», y aunque haya mejorado la situación económica, advirtió de que puede «sorprender» el número de personas que están acudiendo «permanentemente» a los 9.000 centros asistenciales de la Iglesia, donde se están atendiendo «a varios millones de personas en este momento».
Laura Daniele
abc.es
Juan Ramón Domínguez Palacios
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