ZENIT.org (Entrevista de Jesús Colina)
«Me encontré ante la historia de un hombre, y al leerla tomé conciencia de que realmente respetaba a este hombre. De hecho, más que un simple respeto, sentía que encarnaba algo de su combate, que interpelaría a todos los seres humanos de una manera maravillosa, y que esta historia que quería contar es la que cuenta esta película»
Pocos esperaban que el autor descubierto por el cine mundial en 1984 con Los gritos del silencio se lanzara en la producción de una película sobre san Josemaría Escrivá de Balaguer, que será presentada en la próxima primavera.
En la segunda parte de esta entrevista, Roland Joffé explica a ZENIT cómo decidió aceptar la propuesta de producir There Be Dragons ("Encontrarás dragones"), filme ambientado en la guerra civil española, en el que tiene un papel protagonista el fundador del Opus Dei. Asimismo, confiesa la influencia que ha tenido esta experiencia en su vida.
¿Tenía usted ideas sobre la manera de presentar la guerra civil española o sobre algunos personajes, como san Josemaría Escrivá?
No sabía mucho sobre Josemaría antes de que me pidieran grabar la película. Esto es lo que sucedió: un día, uno de los productores de la película vino a Holanda para convencerme de que hiciera la película. Traía varios libros y materiales, incluido un DVD sobre Josemaría. Tuvimos una comida muy, muy agradable y, regresando a casa, a pie, pensaba: «No tengo ganas de hacer esta película. Tengo otro proyecto ambientando en la India, y he trabajado mucho para lograrlo». En otras palabras, pensaba que era un ofrecimiento muy, muy bueno, y había apreciado realmente la comida, pero pensaba rechazarlo.
Era una noche de verano, de manera que salí al jardín, con una copa de vino en la mano, puse el DVD en mi lector, y me senté ante el ordenador para escribir una breve carta que decía: «Querido X, muchas gracias. Aprecio el que haya emprendido todo este viaje, pero pienso que verdaderamente usted debería buscar en otro lado».
Mientras tanto, el DVD seguía funcionando. Un momento de la narración llamó mi atención: Josemaría se dirigía a una multitud, en Chile, quizá, o en Argentina, no estoy seguro del lugar, y una joven levanta la mano y dice: «Tengo una pregunta, soy judía».
Y Josemaría responde: «Sí, dime, por favor».
Ella añade: «Mi más ferviente deseo es convertirme al catolicismo».
Josemaría: «¿Sí?».
Ella sigue diciendo: «Pero soy menor de edad y mis padres no me lo permiten».
Josemaría, sin pestañear, responde: «Te digo que seas muy buena con tus papás. Que tengas paciencia, que reces. No muestres ningún gesto de insurrección. ¿Está claro? Quiere mucho a tus papás [...] Y jamás una palabra de crítica de tus papás. Has de amarlos con toda el alma. Y mostrarlo con los hechos. ¿De acuerdo? Buena hija serás de Cristo si buena hija eres de tus papás».
Al ver ese momento del vídeo, me decía: «¡Qué momento maravilloso! Qué momento maravilloso, inesperado, y sobre todo viniendo de una organización de la que todo el mundo se esperaría que dijera lo contrario». Estaba mirando a mi ordenador y me decía: «Espera un momento». Apagué el DVD. Dejé de escribir la carta. Me puse la gorra de director de cine y escribí una escena en la que Josemaría aparece con un hombre, a punto de morir, a quien ya conocía, que le dice que es judío y que su sueño es convertirse.
Escribí la escena de cabo a rabo, sin dejar de pensar: «tengo realmente ganas de ver esto en una película. Pero, no lo veré nunca si no hago la película, ¿verdad? ¿O enmarcaré esta escena en otra película?».
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ALMUDÍ
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