Hoy comenzamos la Novena de la Inmaculada. Una costumbre preciosa que nos prepara a una de las grandes fiestas marianas: María, fue concebida sin mancha de pecado original, pues estaba destinada a ser la Madre de Dios. La fiesta nació en Oriente, como la mayoría de las celebraciones de la Virgen. En la Edad Media pasó a Occidente. En el Reino de Aragón, en el s. XIV, nació el “movimiento inmaculista”, que se extendió rápidamente por toda España, con cofradías, municipios y universidades, que pedían al Papa que definiera el dogma de la Inmaculada Concepción.
Nos preparamos para la Inmaculada. Ella como buena madre, espera y se alegra con nuestras manifestaciones de amor. La predispondremos a volcarse más en nosotros. Nunca la ganaremos en generosidad.
Este año predicaré la Novena que se celebra en la parroquia de San Juan y San Vicente. En el menú tenéis un enlace a los temas que desarrollaré. Aparecerán según avance la novena.
Juan Ramón Domínguez
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