Buenas reflexiones de SCRIPTOR sobre la actitud del gobierno español con la Iglesia
El Presidente y el gobierno de España parece que se preparan para -una vez más- hacer el truco de los ilusionistas. Exhibir a bombo y platillo lo que se hace con una mano, para atraer la atención (montar una polémica sobre los signos religiosos de la Iglesia), mientras la otra mano queda oculta a la atención del público para lo que realmente está en juego: el paro feroz, las malas o nulas artes gubernativas para atajar la crisis económica hasta ahora cien veces negada, el palo a los sueldos públicos, y un larguísimo etc. de desmanes que -sin duda y con razón- supone una sangría de votos.
A los ilusionistas se les mantiene en escena para admirarnos con sus ilusiones. A los políticos, entre otras cosas, para gobernar las crisis con transparencia ante la sociedad.
Entiendo que si alguien quiere entrar a las provocaciones que sin duda saldrán de todos los puntos posibles del gobierno y la administración pública, será estupendo que lo haga. Imagino que aquí mismo habrá ocasión de decir algo al respecto. Pero me parece que es mejor no ofuscarse con los pases del trilero.
Yo sólo pediría esto: que, junto a cada "entrada" en respuesta a la provocación ilusionista sobre los signos religiosos en lugares públicos y demás asuntos que de suyo ofenden la pura sensibilidad cívica de cualquier país histórica y culturalmente avanzado, sugeriría que cada "entrante" en el juego del gobierno, hiciera además otra "entrada" sobre el juego real -sobre la enorme patata caliente- que tiene en mano el gobierno, destapando o simplemente recordando alguna de las facetas del problema real de la profunda crisis laboral y económica y de la inepcia gubernativa que ahora está en juego.
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