El diario español La Razón publicó un análisis sobre el último capítulo de la serie de televisión Lost (Perdidos), que narra las experiencias de los sobrevivientes de un accidente aéreo en una misteriosa isla. Según el diario, la serie que durante seis años mantuvo "en vilo a millones de espectadores se cerró con una lectura católica".
En el artículo titulado "De ‘Perdidos’ al cielo", los periodistas Mar Velasco y Pablo Ginés explican que "hay dos tipos de fans" de Lost: "los que creen que su valor está en la trama y los que creen que reside en sus personajes. Para los primeros, el final de la serie ha sido, en cierto modo, decepcionante. Sí, los guionistas podrían haber resuelto las muchas incógnitas que quedaban (y quedarán) por resolver. Sin embargo, para los segundos, el cierre ha sido un broche de oro".
Los autores consideran que el capítulo final de Lost resuelve "lo esencial, lo que atañe al corazón del ser humano, al significado y al valor de su vida y a su capacidad para ser ‘salvados’".
"En el momento crucial de la vida, el ‘hombre de fe’ supera al ‘hombre de ciencia’. La trascendencia se abre paso y, a pesar de cierto sincretismo y del homenaje a todos los credos (la vidriera con símbolos de todas las religiones), lo hace en clave cristiana. No en vano la figura del Resucitado aguarda a los ‘perdidos’ cuando están a punto de alcanzar la plenitud que se encuentra al otro lado de una capilla específicamente católica", indican.
En el último capítulo, la misteriosa isla es revelada como un lugar físico real "en el que los personajes ‘son rescatados’ de sus frustraciones y de su pasado, aunque el precio que tengan que pagar sea la entrega de su propia vida (Locke, Jack). En el cristianismo, esta ‘isla’ es nuestro mundo físico, en el que peregrinamos los hombres y en el que Jesucristo ‘redime’ en el acto de su entrega en la cruz", explican los autores.
ACIPRENSA
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