Y más adelante, expresa el Papa que la Iglesia "debe ser el lugar de la ‘gloria' y así también el lugar en el cual los lamentos de la humanidad son conducidos al oído de Dios (...) debe despertar la voz del cosmos glorificando al Creador y debe convertir al mismo cosmos en glorioso, y por tanto bello, habitable, amable".
El libro será prefaciado por Riccardo Muti, director del Teatro de la Ópera de Roma, y quien, en la voz de Tornielli es "un gran aliado de Ratzinger". "Es un gran regalo para la humanidad y para la Iglesia, al inicio del tercer milenio, tener un Papa que reivindica un espacio y respeto en la Iglesia y en la sociedad civil" por la música, "esta alta expresión humana", afirma Muti en el prefacio. "Cantar es casi un volar -afirmó el Papa en un concierto del coro de la catedral de Regensburg, recuerda Muti- un elevarse hacia Dios, un anticipo de alguna manera del canto de la eternidad."
En el libro se encontrarán aproximaciones críticas a obras de Beethoven, Schubert y Mozart, afirma el diario español La Razón, reservando un lugar privilegiado a Mozart, el compositor preferido del Papa: «Escucharlo me deja ante todo una sensación de gratitud por habernos dado todo eso y por el hecho de que todo ello le haya sido donado a él», afirma el Pontífice.
Beethoven y Schubert en las palabras del Papa
Beethoven: "Con la novena sinfonía sorprende al público con una composición que rompe la forma tradicional de la sinfonía"
Schubert: "Su trama melódica penetra el alma con dulzura, y lleva a quien lo escucha a sentir el mismo llamamiento a la verdad del corazón".
Gaudium Press / S. C.
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