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viernes, 4 de junio de 2010

Asociaciones de mujeres y farmacéuticos dan la voz de alarma: se dispara la venta de píldoras del día después, las compran los chicos y llegan a pedirlas “en cajas de veinticuatro”

           Por decisión del Gobierno, la conocida como píldora del día después o píldora abortiva se expende en las farmacias sin necesidad de receta médica desde septiembre de 2009. En menos de un año, las experiencias acumuladas por los farmacéuticos contrastan con las expectativas del Gobierno.

          En primer lugar, según fuentes de colegios farmacéuticos a las que ha tenido acceso El Confidencial Digital, la píldora del día después ha pasado a ser no un medicamento de emergencia en caso de fallo de otros métodos anticonceptivos, sino el método anticonceptivo por excelencia. Es así que, mientras los farmacéuticos han notado una bajada drástica en ventas de preservativos, la venta de píldoras se ha disparado hasta más de un trescientos por ciento en tan sólo unos meses, pese a que, según las previsiones del Gobierno, la demanda no iba a aumentar.

          Según han denunciado diversas plataformas de mujeres, la píldora del día después casi siempre es comprada por hombres jóvenes. La razón es que estos muchachos no quieren utilizar preservativo en sus relaciones sexuales y logran convencer a sus parejas ocasionales o estables de la idoneidad de la píldora del día después como anticonceptivo sustitutivo del preservativo. No pocas asociaciones femeninas han considerado “machista” este comportamiento, en tanto que, por aumentar teóricamente el placer sexual del hombre, las muchachas son sometidas a auténticas “bombas hormonales”.

          En este sentido, se citan casos no por extremos menos habituales: el hecho de que algunas chicas tomen varias veces por mes estas píldoras, o el hecho de que algunos clientes hayan solicitado las píldoras en cajas de doce o veinticuatro unidades, como si se tratara de cualquier medicamento inocuo, cuando las píldoras abortivas vienen envasadas individualmente.
El desconocimiento de los efectos secundarios de la píldora propicia situaciones como estas.

          Diversas asociaciones de mujeres y colectivos farmacéuticos han dado ya la voz de alarma, requiriendo al Gobierno como mínimo la presentación del DNI de quien haya de tomar la píldora, para evitar un número excesivo de tomas. Asimismo, los farmacéuticos temen las posibles repercusiones jurídicas de casos de efectos secundarios muy lesivos tras la ingesta de la píldora.

EL CONFIDENCIAL  DIGITAL

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