ACTUALIDAD

martes, 8 de junio de 2010



          Las numerosas celebraciones litúrgicas de este mes de junio sirven de guía a la carta que el Prelado del Opus Dei dirige a los fieles de la Obra.

          Cada vez que celebramos o asistimos a la Santa Misa, afirma el Prelado, participamos en el supremo acto de amor que Cristo realizó en la Cruz, y al que ordenó toda su vida

          Y añade que a este júbilo y gratitud a Dios por un don tan grande —que hemos de actualizar en cada jorAlmudi.org - Carta del Prelado del Opus Deinada— se unen las celebraciones litúrgicas de las solemnidades que hemos celebrado o celebraremos en estos días, porque nos ponen en íntima comunión con diversos aspectos del misterio de Cristo y nos comunican al mismo tiempo gracias específicas.

          Hace referencia a la manifestación del Espíritu Santo en Pentecostés, llenando a los Apóstoles de sus dones y afirmando que por medio de esos signos de la venida del Espíritu Santo, el Señor nos da a conocer también los efectos de la acción del Paráclito en las almas que se abren dócilmente a su gracia, y exhorta a todos a agradecer a la Virgen su intercesión constante para volvernos más sensibles a las inspiraciones del Espíritu Santo, como les sucedió a los Apóstoles reunidos alrededor de Ella en el Cenáculo.

          Se refiere a las solemnidades del Corpus Christi y del Sagrado Corazón, que conmemoran dos manifestaciones de la inmensa complacencia que Dios ha puesto en los hombres, recordando que en esta última fiesta, el día 11 de junio, finaliza el Año Sacerdotal, y pide a todos continuar rezando y moviendo a otras personas a rezar por las vocaciones sacerdotales, por la santidad de los sacerdotes y de todo el pueblo cristiano.

          Y añade: Pido al Señor que ese clamor, que hemos intentado incrementar a lo largo de los meses pasados, no cese nunca en nuestras almas; también para acallar a quienes atacan la gran maravilla del sacerdocio.

         V Recuerda su reciente viaje a Turín, a donde he ido a venerar la Síndone acompañado de todas y de todos —como hago siempre en mis viajes— para pedir al Señor que inflame nuestros corazones con el fuego del Espíritu Santo, sugiriendo que hemos de buscar el contacto con la Humanidad Santísima del Señor en la Penitencia y en la Eucaristía.

          Pide a todos que, durante los días que faltan hasta el día 26 de junio, aniversario del tránsito al cielo de San Josemaría, acudir con fe a su intercesión, para que, siguiendo fielmente su ejemplo y sus enseñanzas, también nosotros sepamos conformar nuestras vidas con la vida de Cristo, hasta ser una sola cosa con Él y, recordando que el día anterior se cumple un nuevo aniversario de la ordenación de los tres primeros sacerdotes de la Obra, pide fijar la atención en cada uno de ellos para aprender a no decir nunca "basta" ante las exigencias de nuestra alma sacerdotal.

Texto completo de la Carta del Prelado del Opus Dei

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