El documental sobre el sacerdote Pablo Domínguez despierta pasiones en Internet y en las salas
La Última Cima, el emocionante documental de Juan José Cotelo sobre el sacerdote madrileño Pablo Domínguez, fallecido en 2009 en un accidente de montaña en el Moncayo, se estrenó hace una semana en sólo 4 cines, pero con ya 6.000 espectadores se ha convertido en la película número 1 en espectadores por cine en España, doblando a la segunda en el ranking, Sexo en Nueva York 2, y triplicando las cifras de El Príncipe de Persia o Robin Hood.
Como consecuencia, numerosas salas en toda España han decidido retirar alguno de sus títulos para dejar espacio a "La Última Cima", de forma que a partir del 11 de junio podrá verse en más de 50 salas del país, por petición popular.
Pablo Domínguez, filósofo y teólogo de la Facultad de Teología de San Dámaso, en Madrid, murió con 42 años dejando atrás muchísimas personas que le apreciaban y admiraban. A su funeral acudieron más de 3.000 personas y una veintena de obispos. En la cinta de Cotelo hablan el cardenal Cañizares, que se fijó en él para ser profesor en san Dámaso, el obispo Demetrio Fernández de Córdoba, amigo suyo y el primero en conocer su desaparición y muerte y el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz, que entonces era obispo de las montañosas Jaca y Huesca, que varias veces visitó el sacerdote escalador.
Pero más allá de la personalidad de Pablo Domínguez, la película es un canto cotidiano a la vida del sacerdote "normal": aquel que ni es criminal, ni tampoco heróico, ni exorcista ni misionero en lugares extremos, sino que, simplemente, está disponible, atiende a la gente, la escucha, la confiesa, predica la verdad sin miedo, con humor e ingenio. Con imágenes de la montaña, el filme reflexiona sobre la grandeza de lo sagrado, del sacerdocio, el sacrificio y la muerte.
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