Seremos realmente testigos de Jesús resucitado cuando dejaremos transparentar en nosotros el prodigio de su amor; cuando en nuestras palabras y -más aún- en nuestros gestos, en plena coherencia con el evangelio, se podrá reconocer la voz y la mano de Jesús.
En una soleada plaza de san Pedro, el Papa nuevamente invitó a todos ha dejarse llevar por la alegría y la esperanza de la Pascua, a ser testigos de la extraordinaria buena noticia que viaja a través de los siglos con la misma fuerza impulsora. La Pascua de Cristo es un hecho absolutamente extraordinario y también un hecho histórico, real, testimoniado y documentado. Es el evento que fundamenta nuestra fe.
BENEDICTO XVI, PASCUA 2010. PARA LEER EL RESUMEN HACER CLIC AQUÍ
La misericordia divina está inscrita en la misión de la Iglesia. Así lo recordó el Papa antes del rezo del Regina Caeli a los fieles presentes en Castel Gandolfo, en el domingo llamado de la Divina Misericordia.
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