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viernes, 26 de marzo de 2010

"Si hay una obligación ética primera y principal para los que detentan la autoridad del Estado, es la del respeto al derecho a la vida”


Con motivo de la celebración de la Jornada por la Vida –también Día de la Anunciación-, el arzobispo de Madrid, cardenal Antonio María Rouco Varela, presidió en la Catedral de la Almudena una Eucaristía organizada por la Delegación diocesana de Familia de la Diócesis

En su homilía, el cardenal Rouco hizo una defensa a ultranza de la vida, desde su concepción hasta la muerte natural, haciendo especial hincapié en los niños, los malformados, los lisiados, los ancianos… “La vida –afirmó- en cualquiera de sus fases tiene un valor incalculable y adquiere dignidad sobrenatural”.

En este sentido, señaló que “atentar contra la vida del hombres es cometer un acto profundamente negador del amor y colocar, en la vida del que lo hace y la sociedad que lo permite, un elemento de egoísmo que destruye el alma y la conciencia en el plano individual y en el social”. Para el cardenal, menos aún se puede permitir en una sociedad que “quiere llamarse solidaria, libre y justa”.

Según manifestó, “si hay una obligación ética primera y principal para los que detentan la autoridad dentro del Estado y comunidad política y los que tienen responsabilidad social, es la del respeto al derecho a la vida y la protección de ese derecho y cuidado de la madre”.

Al finalizar, se bendijeron las madres embarazadas presentes en el acto. Además, la Asociación ‘Evangelium Vitae’ organizó previamente el rezo del Rosario en la Catedral de la Almudena.

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