Antes de la oración del Ángelus, concluyendo las celebraciones del Domingo de Ramos, Benedicto XVI ha renovado su llamamiento a los jóvenes, a 25 años del inicio de la Jornada Mundial de la Juventud querida por Juan Pablo II. Llamamiento a ser testigos con fuerza humilde y luminosa de la verdad, para que a los hombres y mujeres del tercer milenio no les falte el modelo más auténtico: Jesucristo. El Papa ha expresado su dolor por Jerusalén, por las nuevas tensiones y contrastes en la patria espiritual de cristianos, judíos, y musulmanes, profecía y promesa de esa reconciliación universal que Dios desea para toda la familia humana.
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