"Entre ciencia y fe existe una amistad y los hombres de ciencia pueden recorrer, a través de su vocación al estudio de la naturaleza, un camino fascinante de santidad". Lo ha dicho el Papa durante la audiencia general en la Plaza de San Pedro, al presentar a los 30.000 peregrinos presentes la figura de San Alberto Magno.
Gran teólogo y filósofo nacido en Alemania al inicio del siglo XIII. Alberto entró en la orden de los dominicos, fue obispo de Ratisbona 4 años y maestro de Santo Tomás de Aquino. Con él contribuyó a la valorización del pensamiento de Aristóteles en la Iglesia, "convencido de que todo lo que es racional es compatible con las Sagradas Escrituras".
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