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jueves, 19 de junio de 2014

Una empresa que conozca y resuelva necesidades personales

   El IESE, de la Universidad de Navarra, ha celebrado el centenario de Álvaro del Portillo. El que fue su Gran Canciller desde 1975 a 1994 "siempre vio la empresa como ocasión para conocer y satisfacer las necesidades de las personas" y defendió "la lealtad y la veracidad como claves para la convivencia ciudadana"
Opus Dei - Una empresa que conozca y resuelva necesidades personales“La dirección de empresas y la transformación de la sociedad” - Centenario de Mons. Álvaro del Portillo (1914-2014)
En la sede madrileña del IESE los profesores Carlos Cavallé, Antonio Argandoña y Alberto Ribera analizaron con el director Jordi Canals la figura de Álvaro del Portillo, que será beatificado en Madrid el 27 de septiembre, ciudad en la que nació en 1914.


La mesa redonda “La dirección de empresas y la transformación de la sociedad”, reflejó cómo el futuro beato promovió iniciativas sociales muy variadas, desde escuelas para directivos, dispensarios, hospitales, escuelas agrícolas o institutos técnicos, "gracias a su fe en Dios, optimismo y confianza en las personas, a las que planteaba si podían hacer más en favor de su entorno".

Carlos Cavallé: "Álvaro del Portillo fue un ciudadano fiable, que construía sociedad sobre los pilares de la lealtad y la veracidad”Carlos Cavallé: "Álvaro del Portillo fue un ciudadano fiable, que construía sociedad sobre los pilares de la lealtad y la veracidad”

Cavallé dijo que "Álvaro del Portillo fue ciudadano pleno en una sociedad compleja, que cumplía sus deberes y exigía sus derechos. Era un ciudadano fiable, que construía sociedad sobre los pilares de la lealtad y la veracidad”.
"NOS ANIMÓ A IMPULSAR INICIATIVAS QUE ENSEÑARAN A TRABAJAR A LOS JÓVENES Y A FORMAR DIRIGENTES QUE PENSARAN EN EL BIEN COMÚN Y FUERAN HONRADOS"
Los tres ponentes recordaron encuentros personales con el próximo beato, que fue el primer sucesor de san Josemaría Escrivá en el Opus Dei. "Pude acompañarle -recordó Alberto Ribera- a Filipinas y Congo y recuerdo su impresión ante las desigualdades sociales tan extremas. Nos animó a impulsar iniciativas que enseñaran a trabajar a los jóvenes y a formar dirigentes que pensaran en el bien común y fueran honrados".
Antonio Argandoña habló de "su optimismo y sentido de la libertad"Antonio Argandoña habló de "su optimismo y sentido de la libertad"

Visión y sentido práctico
Antonio Argandoña habló de "su optimismo y sentido de la libertad, con la defensa de los derechos de todos a participar en los debates, con el diálogo, destacando lo que une y evitando el enfrentamiento". Dijo que Álvaro del Portillo huía de la queja y construía sobre "la verdad de lo que es el hombre, como hijo de Dios".
"ME DIJO: PONED SENTIDO CRISTIANO EN TODO LO QUE HAGÁIS PARA DAR UNA RESPUESTA CRISTIANA A LOS GRANDES PROBLEMAS SOCIALES"
Carlos Cavallé aludió a una sugerencia del que fuera obispo y prelado del Opus Dei, cuando le animó a "poner sentido cristiano en todo lo que hagáis, es decir, a trabajar con competencia y servicio, de forma que deis respuesta cristiana a los grandes problemas sociales". Cavallé recordó cómo el Venerable Álvaro del Portillo alentó numerosas escuelas de negocios, que enseñaran la doctrina social de la Iglesia y donde la caridad se practicara realmente y no fuera un simple recurso teórico".
Alberto Ribera: "Álvaro del Portillo confiaba en la capacidad de cada uno, daba siempre nuevas oportunidades si algo fallaba".Alberto Ribera: "Álvaro del Portillo confiaba en la capacidad de cada uno, daba siempre nuevas oportunidades si algo fallaba".

Junto a una visión cristiana de la persona como clave en el pensamiento de Alvaro del Portillo, Ribera recordó su confianza en las personas, "confiaba en la capacidad de cada uno, daba siempre nuevas oportunidades si algo fallaba. Hubiera sido un gran profesor porque sumaba visión y sentido práctico. Sabía que liderar era servir y que ética y empresa deben ir unidas".

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