ACTUALIDAD

sábado, 26 de agosto de 2023

El día del Señor: domingo 21º del T.O. (A)

El Señor nos ha dado la luz de la fe y espera nuestra correspondencia para inundarnos con su luz y, por nuestra mediación, a los que nos rodean. Acompaño mis reflexiones.

El Señor podría dirigirnos hoy esta misma pregunta: ¿Quién soy Yo para vosotros? La diversidad de opiniones de entonces con respecto a Jesús no sería muy distinta a la que existe hoy. Se admite que Jesús es un hombre admirable, un hombre de Dios, pero ¡Dios hecho hombre...! Aquellas palabras del escritor ruso: “¿puede un hombre culto, un europeo de nuestros días, creer aún en la divinidad de Jesucristo, Hijo de Dios?” (Dostoyevski).

sábado, 19 de agosto de 2023

El día del Señor: domingo 20º del T.O. (A)

La Fe es un don precioso que Dios nos concede. Con ella, acudiendo a Dios con confianza, nos concederá lo que necesitamos. Acompaño mis reflexiones.

“Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad” (1 Timoteo 2,4). Esta universalidad de la salvación es recogida en las tres lecturas de hoy y tiene como único requisito la fe. La fe de esta mujer cananea logra que se adelante la hora prevista por Dios para anunciar la Buena Nueva a todas las gentes, como la súplica confiada de María, la Madre de Jesús y nuestra, hizo que se adelantase también la hora del ministerio público de Jesús (Cfr. Juan 2,4-11).

martes, 15 de agosto de 2023

Asunción de la Virgen María

 


“Aleluya, aleluya. Hoy es la Asunción de María: se alegra el ejército de los ángeles. Aleluya”. Celebramos con toda la Iglesia la glorificación de María, preludio también de la de todos los redimidos por Jesucristo.

 María es aquella Mujer prometida en el Paraíso para aplastar la cabeza del enemigo de la Humanidad (Cfr Gen 3,15); la Mujer que en las bodas de Caná intercede ante Jesús para remediar las necesidades de los hombres (Cfr Jn 2,1-11); la Mujer que en el Calvario nos entregó Jesucristo como Madre (Cfr Jn 19,26) y que reúne en torno suyo a sus hijos para orar, preparando así la venida del Espíritu Santo (Cfr Act 1,14); 

sábado, 12 de agosto de 2023

El día del Señor: domingo 19 del T.O. (A)

Caminaremos sobre las aguas de nuestras dificultades si estamos en la presencia de Dios. Acompaño mis reflexiones.

Es de noche. La barca de Pedro peligra por el fuerte oleaje y un viento que le es contrario. El miedo se apodera de todos los que van en ella. El Señor aparece caminando sobre el peligro y creen que se trata de una ilusión.

 Pedro, que ha pedido a Jesús ir hasta Él, se hunde al ver la fuerza del viento y la agitación del mar y grita pidiendo ayuda. Jesús le reprocha su falta de fe. Al subir el Señor a la barca viene la calma y ellos, adorándolo, confiesan su divinidad.

A lo largo de su dilatada historia, la Iglesia ha vivido etapas en que los vientos no le eran favorables. También nosotros que somos sus hijos, pasamos por noches oscuras y por momentos en que vivir como Dios quiere resulta costoso, bien por la fuerza del viento de las propias pasiones, bien por el oleaje de una opinión pública contraria que nos atemoriza y frena nuestra adhesión a la doctrina del Señor. 

domingo, 6 de agosto de 2023

El día del Señor

Dios nos llama a la plenitud de la felicidad, con su Transfiguración nos da una señal. Acompaño mis reflexiones.

Dios nos llama a la felicidad. La plenitud de la dicha se alcanzará en la otra vida. El deseo de felicidad que tenemos en el corazón, y que sabemos es infinito, procede de Dios, y solo Él lo puede saciar.

El Señor en el Tabor concede a sus discípulos una dedada de miel. Esos momentos de gozar de la felicidad que sólo Dios tiene nos hacen pensar en el contenido auténtico de la felicidad en la tierra y de su plenitud en la otra vida.

Con el don concedido en su Transfiguración Jesús fortalece a sus discípulos ante la cercanía de la Cruz, y a nosotros nos hace ver que la esperanza del Cielo debe acompañarnos siempre y que la felicidad en esta tierra está en relación directa con nuestra amistad con Él. “Si quieres se feliz, repetía San Josemaría, se santo, si quieres ser más feliz se más santo ser quieres ser muy feliz se muy santo”.

La conversión personal, si es auténtica, nos acerca más a Dios, y por ello nos llena de alegría y de paz, de felicidad.


¿Dónde está la felicidad? Para muchos está en el hedonismo, que tiene un código: la permisividad. En el pensamiento actual hay dos notas peculiares: el hedonismo y la permisividad. Ambas están enhebradas por el materialismo, que pone en primer plano de la conducta el dinero, el placer, el bienestar, el nivel de vida, el éxito.

Para muchos las aspiraciones más profundas del hombre van siendo gradualmente materiales, deslizándose hacia una decadencia moral, con precedentes en épocas diversas de la historia.

El hedonismo significa que la ley máxima de comportamiento es el placer por encima de todo, cueste lo que cueste. Es un nuevo dios. Ir alcanzando cotas cada vez más altas de bienestar. Vivir hoy, ahora, pasándolo bien, buscando el placer ávidamente y con refinamiento.

La mayor aspiración en muchos ambientes es divertirse por encima de todo: la vida contemplada como un goce ilimitado. Una cosa es disfrutar de la vida y saborearla siguiendo a Jesucristo de cerca y otra muy distinta es tener como objetivo último este afán y frenesí de diversión y de placer sin restricciones. La primera es sana, la segunda apunta a la muerte de los ideales.


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