Montecitorio, la sede de la Cámara de los Diputados italiana–como hace un año la Asamblea Nacional francesa–, se unió el 23 de marzo a un creciente clamor femenino mundial contra la utilización mercantil de la capacidad procreadora de la mujer. Se opone a transformar en derecho el deseo de quienes están dispuestos a tener hijos que no pueden traer al mundo de modo natural: desde la clásica esterilidad a las parejas homosexuales masculinas.
El simposio fue promovido por un movimiento interpartidista con el nombre de Se non ora quando-Libere. Y el título de la reunión no fue menos expresivo: “Maternidad en la encrucijada: de la libre decisión a la subrogación, un desafío mundial”.
Estuvo presente la vicepresidente del parlamento francés, la socialista Laurence Dumont, aunque no hubo un patrocinio explícito de la presidente de la Cámara italiana, Laura Boldrini, “porque en temas sensibles no se pueden apoyar iniciativas en las que existe una clara elección de una parte”.