Acabamos de escuchar uno de esos relatos evangélicos que nos hablan de la benevolencia de Dios con sus hijos y son como un bálsamo para el corazón dolido por el vergonzoso comportamiento con nuestro Dios.
Uno de esos relatos que, una vez oído, ya no se pueden olvidar y que deben ser considerados a solas muchas veces porque su riqueza espiritual es inmensa.
Detengamos la mirada en el Padre que Jesús nos ha revelado. "Cuando todavía estaba lejos (el hijo menor), su padre lo vio". "El padre esperaba al hijo, estaba ansioso por él.