“La Crucifixión nos revela que ahí donde parece haber solo debilidad, ahí Dios manifiesta su poder sin límites”
Homilía del Viernes Santo, pronunciada ayer por Mons. Fernando Ocáriz, Prelado del Opus Dei, en Santa María de la Paz, iglesia prelaticia del Opus Dei en Roma.
La liturgia del Viernes Santo nos sitúa directamente ante el gran Misterio cristiano de la Cruz y del Crucificado.
En el Evangelio hemos contemplado al Señor apresado, en el huerto de los olivos, por esa cohorte encabezada por Judas; hemos visto cómo es conducido ante el sumo sacerdote Caifás y cómo, después de ser interrogado, recibe una injusta bofetada de uno de los servidores. Después, en presencia de Pilato, el pueblo grita: «¡Crucifícalo, crucifícalo!» (Jn 19, 6); e inmediatamente Jesús es azotado y coronado de espinas.