Con su Ascensión el Resucitado nos recuerda nuestra Salvación y nos llena de esperanza, como Él, estaremos resucitados en el Cielo. Acompaño varias reflexiones.
Hoy es un día muy grande. Hoy Cristo nos ha abierto las puertas del cielo al elevar victoriosamente su Humanidad Santísima a la gloria del Padre a la vista de los suyos en el escenario de su aparente derrota. "Ellos se volvieron a Jerusalén con gran alegría; y estaban siempre en el templo bendiciendo a Dios". También nosotros nos unimos a esa alegría por el triunfo del Señor, preludio del nuestro porque somos miembros de su Cuerpo, y, como los discípulos, alabamos a Dios pensando: "No he de morir, viviré para contar las hazañas del Señor" (S. 117).