En el informe se pone de manifiesto que una de las novedades de esta ley es que el paciente puede imponer al médico sus decisiones. Hasta ahora, el paciente que no hubiera entrado en estado terminal o en agonía, tenía el pleno derecho a que no se le apliquen tratamientos sin su consentimiento, “pero no podría imponer al médico tratamientos que éste juzgue inadecuados o contrarios a la lex artis de la práctica médica o a su conciencia profesional”. Por el contrario, en el anteproyecto acutal, “tendría además el derecho a que el médico siga sus instrucciones aunque se opongan a la lex artis o a su conciencia profesional”.
Para el Foro, “el cambio más sustancial es que la nueva redacción que propone el Anteproyecto supone la supresión de la siguiente frase que consta en la redacción actualmente vigente: ‘No serán aplicadas las instrucciones previas contrarias al ordenamiento jurídico, a la lex artis, ni las que no se correspondan con el supuesto de hecho que el interesado haya previsto en el momento de manifestarlas’”. Es decir, expresamente la lex artis desaparece como límite a la absoluta autonomía del paciente terminal o en agonía para decidir sobre las intervenciones o tratamientos que recibe.
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