La educación afectiva que se imparte en los institutos está enfocada desde la ideología de género, en la que el sexo se considera como una opción.
Los manuales sobre educación afectivo-sexual que publicará el Vaticano en los próximos meses y a los que ha tenido acceso Religión Confidencial, no se reducen exclusivamente a una información biológica de la sexualidad humana. El objetivo fundamental es explicar la vocación al amor a la que están llamados hombres y mujeres.
En cambio, la educación sexual que se imparte en los institutos está enfocada desde los postulados que defiende la ideología de género. Por ejemplo, el manual “Hablando sobre sexualidad en familia”, que publica la Confederación Española de Padres y Madres del Alumnado (CEAPA) se indica en la introducción: “La educación sexual no solo consiste en evitar riesgos… queremos que todos los niños y niñas, chicos y chicas aprendan a conocerse, a aceptarse y a que su sexualidad les resulte satisfactoria… El placer y la satisfacción han de ser también objetivos de la educación sexual”.
Sin embargo, la introducción de los manuales de sexualidad del Vaticano, escrita por el obpispo Mario Iceta, está enfocada desde una perspectiva diferente. Así el presidente de la subcomisión para la Familia de la Conferencia Episcopal Española, señala que esta educación no debe “consistir en unas orientaciones generales de comportamiento, a merced de las estadísticas del momento”.
Mario Iceta recalca en esta introducción que “la unidad dual del hombre y la mujer es la expresión humana de Dios: el hombre y la mujer, llamados a formar una unidad de vida en el amor, es icono de la Trinidad”.
Lenguaje del amor
En estos manuales que prepara el Vaticano, Mario Iceta afirma que en la adolescencia “se marca un nuevo tiempo donde se descubre de modo nuevo la corporalidad y la sexualidad como lenguaje del amor. Sin la referencia a la vocación al amor, la sexualidad permanece ininteligible. Cómo comprender, cómo personalizar los afectos, las inclinaciones, las pasiones, los deseos, y todas las dimensiones de la percepción de nuestro cuerpo sexuado, precisan de una delicada labor de aprendizaje”.
En estos libros, dirigidos especialmente a los padres como principales educadores de sus hijos en esta materia, se explica también los diferentes lenguajes en la relación amorosa, como el lenguaje del amor, del cuerpo, el don de la persona y se abordan los diferentes caminos que conducen al verdadero amor: amarse a sí mismo; la familia, escuela de amor; la amistad verdadera; el encuentro amoroso con Dios.
Asimismo, se aclara la naturaleza específica entre amistad, atracción, enamoramiento y amor verdadero. Saber diferenciarlos y reconocerlos. Se analiza el noviazgo, su sentido y las relaciones prematrimoniales. Por último, se anuncia los dos modos de entregarse: la virginidad y el matrimonio y se aborda la naturaleza propia de la unión conyugal: acto personal, implica la acción de dos personas que actúan en reciprocidad motivacional e intencional y coloreada de un placer recíproco singular.
Los manuales se explican mediante un paralelismo entre el cuerpo-persona, como tienda-templo donde Dios se hace presente.
Contrario al cristianismo
La diferencia a la hora de educar a los alumnos en esta materia, es una de las razones por las que las escuelas católicas reclaman su derecho a la libertad de enseñanza. Y no solo las escuelas católicas, sino las distintas asociaciones familiares.
En un encuentro organizado en Valencia por la Fundación COSO con intelectuales y periodistas, Benigno Blanco, ex presidente del Foro de la Familia, analizó la ideología de género y las consecuencias que se están derivando de ella: “Este tipo de educación sexual presente el sexo como un juego, especialmente entre los jóvenes, lo que está generando patologías de adicción al sexo que posteriormente tiene que ser tratadas por especialistas”.
Benigno Blanco subrayó la importancia de la educación de la sexualidad como parte importante de la personalidad, frente a la consideración del sexo como una opción o una orientación afectiva que propugna la ideología de género. “El contenido de la ideología de género es contrario al cristianismo, y está provocando unas consecuencias culturales y legales que deterioran las relaciones sexuales, y por tanto el matrimonio”, afirma Blanco a Religión Confidencial.
religionconfidencial.com
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