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viernes, 19 de marzo de 2010

ACANTILADO ROJO


Año de producción: 2008
País: China
Dirección: John Woo
Intérpretes: Tony Leung, Takeshi Kaneshiro, Zhang Fengyi, Chang Chen, Zhao Wei, Hu Jun, Lin Chiling, Shido Nakamura
Argumento: Luo Guanzhong (novela "El romance de los tres reinos")
Guión: John Woo, Chan Khan, Kuo Cheng, Sheng Heyu
Música: Tarô Iwashiro
Fotografía: Lu Yue, Zhang Li
Distribuye en Cine: Tri Pictures
Duración: 148 min.
Público apropiado: Jóvenes
Género: Acción, Bélico, Drama, Histórico
Contenidos: Acción 3, Amor 2, Lágrimas 1, Risas 0, Sexo 1, Violencia 0 [de 0 a 4]
Causa justa

China, año 208 antes de Cristo. Han Xiandi es un emperador débil, dominado por su ambicioso primer ministro Zhao Zhao, que tras controlar el norte del país, ha decidido dirigir sus esfuerzos bélicos contra los señores de la guerra del sur. Éstos, a pesar de su debilidad numérica, con el liderazgo de Zhou Yu, aunarán esfuerzos para enfrentarse a su enemigo en el estratégico punto del Acantilado Rojo, junto al río Yangtsé.

Lujosa superproducción china de corte épico, a cargo del hongkonés John Woo, que también ejerce de productor. Para el público chino se montó una versión con dos entregas, mientras que la que nos ocupa, de dos horas y media, se ha concebido pensando en el público no chino. Adapta la novela "El romance de los tres reinos", del escritor Luo Guanzhong, muy reverenciada en China.

El arranque despierta el temor de perderse en la trama, por la dificultad que tiene el espectador occidental de retener nombres y rostros orientales con los que no está familiarizado. Pero superado este escollo, al final el hilo argumental es relativamente sencillo, y de lo que se trata es de disfrutar de un gran espectáculo, con vistosísimas escenas de batalla. Hay planos sencillamente deslumbrantes, como el de la paloma mensajera que sobrevuela toda la flota naval de Zhao Zhao. De modo que se combinan unos efectos visuales apañados, con la ventaja de contar con una gran dirección artística de la que se benefician, con su vestuario, los numerosísimos figurantes.

Acierta Woo en no abusar del efectismo típico de sus títulos gangsteriles, aquí las secuencias bélicas rebosan clasicismo, pueden recordar a filmes como Braveheart. Introduce alguna subtrama interesante -como la propiciada por la bella esposa de Zhou Yu, a quien desea Zhao Zhao, o la de la espía infiltrada, ambas concebidas para ganarse al público femenino-, y maneja bien los elementos de estrategia militar, donde a la habilidad de los mandos y su valor, se suma también el hecho de defender una causa justa, frente a las artimañas de un enemigo que no juega limpio.

No se trata de una película pensada para lograr grandes interpretaciones, pero disponer de actores solventes, como Tony Leung, es garantía de poderosas presencias en la pantalla.

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