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viernes, 28 de mayo de 2010

Nuestra Señora de los tiempos difíciles


Procesión de los católicos chinos
con la Virgen de Seshan
          Peregrinar a Lourdes o a Fátima, como acaba de hacer el Santo Padre Benedicto XVI, es una devoción al alcance de muchos. Pero nuestros hermanos de tierras perseguidas, que no lo tienen tan fácil, no se quedan de brazos cruzados: todos tienen a la Virgen como guía y se juegan la vida para, en este mes de mayo, proclamar su amor por ella. María es, más que nunca, Madre de los perseguidos

María, Madre de China. Los católicos chinos tienen una extraordinaria devoción a la Virgen: es para ellos fuente de fuerza, valor y sabiduría, por lo que, cada 24 de mayo, peregrinan al santuario mariano de Seshan, a 50 kilómetros al sur de Shanghai. Allí se venera una imagen de María, bajo la advocación de Nuestra Señora Auxilio de los Cristianos, que eleva en sus hombros a Jesús Niño, con los brazos en Cruz.
La Asociación Patriótica de Católicos Chinos, que organiza la vida religiosa en el país y cuyos hilos mueve directamente el Gobierno de Pekín, se encarga de poner numerosas trabas a las peregrinaciones al santuario. Incluso, las visitas individuales se permiten sólo a quienes se registran ante la Asociación.
Pero ni los impedimentos gubernamentales, ni el desarrollo económico que pretende banalizar las conciencias, son capaces de anular el fuerte deseo de vida espiritual de la población china, que cada vez tiene más necesidad de Dios.
María, la Madre valiente, la Madre escondida, es la Madre de toda China.

ALFA Y OMEGA
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