Ha explicado en veinte ocasiones la Bula de la Misericordia del Papa y ha perdonado pecados considerados muy graves
Jesús Higueras ha declarado a Religión Confidencial que se sorprendió por el notorio aumento de afluencia en su confesionario. “Ha venido gente con pecados muy fuertes que se han reconciliado con Dios y consigo mismos”, declara. Entre sus confesados, se ha encontrado personas que llevaban decenas de años sin acudir al Sacramento.
Este aumento de afluencia podría deberse a las competencias que diferencian a un Misionero de la Misericordia de un sacerdote corriente. Este tipo de religiosos, designados por el Papa, tienen la capacidad de absolver algunos pecados que, en circunstancias normales, están reservados a la Sede Apostólica. Esto es, la profanación de las Especies de la Eucaristía, el uso de la fuerza contra el Papa, la absolución de un cómplice de pecado contra el sexto mandamiento y la violación del secreto de confesión.
Otra de las funciones del párroco como Misionero de la Misericordia es la de predicar el mensaje del Papa sobre el Año Jubilar. En lo que va de año, ya ha protagonizado veinte actividades entre parroquias, diócesis y uniones de sacerdotes.
El hombre, respetado en su debilidad
Según Jesus Higueras, el mensaje más importante que está transmitiendo es la necesidad de crear una sociedad que respete a los débiles. “Dios no pone condiciones para querernos, nos ama tal y como somos”. Para el sacerdote, la Misericordia nace de la Verdad, la Verdad lleva a la Justicia, la Justicia se encarna en Dios y Dios es Misericordia”.
religionconfidencial.com
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