Los defensores de la institución familiar lo tienen claro. «Ya no hay excusas». Tras el parón político del pasado año por la falta de Gobierno, se presenta un 2017 cargado de posibilidades para llegar a acuerdos en los que los responsables políticos, sociales y económicos doten a la familia del verdadero valor que tiene.
En esta línea, desde algunas instituciones apuntan que todavía no se ha comprendido que apoyar a la familia es una inversión social, «no un gasto», y precisamente por ello, se debe convertir a esta institución en una prioridad política eliminando la visión cortoplacista de los gobernantes.
No son pocos los que consideran que las 225 medidas del Plan Integral de Apoyo a la Familia (PIAF), aprobado en 2015, no son suficientes para sostener e incentivar a las familias. Por ello, solicitan desde la creación de un Ministerio de Familia, tal y como existe en algunos países de la Unión Europea o, al menos, la aprobación de un pacto de Estado en el que se reconozca el valor de la institución familiar y permita identificar sus necesidades para dotarlas de soluciones y reconocimiento a la maternidad y paternidad.
Acabar con las bajas cifras de natalidad en nuestro país es otra de las preocupaciones ante el evidente envejecimiento de la población. Aunque hay organismos que reconocen que la reciente ampliación del permiso de paternidad es una medida esperanzadora, también señalan que caerá en saco roto si no va acompañada de otras soluciones encaminadas a conseguir una verdadera responsabilidad compartida donde se valore el papel del padre en la crianza y educación.
Además de la necesidad de impulsar el empleo, la conciliación, las ayudas a la maternidad…, también requieren un cambio cultural «ya que se considera que los hijos son un problema y muy caros, cuando en realidad son el futuro de una sociedad», concluyen las fuentes consultadas.
Laura Peraita/ABC
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