Es así como declara el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolín, en una declaración oficial después de la firma del acuerdo sobre el nombramiento de los Obispos. El purpurado confirma el largo camino de entendimiento subrayando "la consolidación de un horizonte internacional de paz"
"La firma de un Acuerdo Provisional entre la Santa Sede y la República Popular China sobre el nombramiento de Obispos es un acontecimiento de especial importancia para la vida de la Iglesia católica en China, para el diálogo entre la Santa Sede y las Autoridades civiles de aquel País, y también para la consolidación de la paz, del entendimiento entre los pueblos, en estos momentos de grandes, fuertes tensiones internacionales. Y el objetivo de la Santa Sede es un objetivo pastoral, es decir, es ayudar a las iglesias locales para que gocen de condiciones de mayor libertad, de mayor autonomía, de una posibilidad de una mejor organización, y así se dediquen al anuncio del Evangelio y a contribuir al desarrollo integral de la sociedad y de la persona.
Por primera vez, hoy, todos los Obispos en China están en comunión con el Santo Padre, con el Papa, con el Sucesor de Pedro. Y el Papa Francisco, como sus inmediatos Predecesores, mira con particular atención y con un especial cuidado al pueblo chino. Se necesita unidad, se necesita confianza, se necesita un nuevo empuje, como también se necesita tener buenos Obispos que sean reconocidos por el Papa, por el Sucesor de Pedro, y por las legítimas Autoridades civiles de su País. Y el Acuerdo se pone en esta línea: es un instrumento para que se pueda ayuda en eso, con la colaboración de todos.
Y a toda la comunidad católica en China el Santo Padre se dirige; se dirige a los Obispos, a los sacerdotes, a los religiosos y religiosas, los fieles, para que pongan gestos concretos de reconciliación entre hermanos, superando las incomprensiones del pasado y las tensiones, sobre todo las tensiones y las incomprensiones más recientes. De esta manera podrán anunciar y testimoniar el Evangelio, que es el papel, la tarea principal de la Iglesia, y al mismo tiempo contribuir a la construcción de una sociedad justa y armoniosa, manifestar el genuino amor a la patria y también ayudar para que se pueda construir un porvenir de paz y de concordia entre todos los pueblos".
Fuente: vaticannews.va. /almudi.org
Juan Ramón Domínguez Palacios
http://lacrestadelaola2028.blogspot.com
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