75 millones de descargas desde que se ha puesto el juego Pokémon GO a disposición del público (6 de julio de 2016), es un número realmente llamativo. Es cierto que muchas de ellas serán reinstalaciones, y por tanto los usuarios distintos son menos, pero siguen siendo cifras de vértigo. Estamos siendo testigos de una “fiebre digital” en toda regla.
Es raro encontrar hoy en día a alguien que no conozca a los Pokémon, criaturas de la casa Nintendo que existen desde 1996. Se haya jugado a algún juego o no, son parte de la cultura popular. El lema es “hazte con todos”, y literalmente se trata de eso: conseguir cuantos más, mejor. Además de entrenarlos, subirles sus capacidades y enfrentarse a otros para derrotarlos y cazarlos.
Bajo estas sencillas premisas, Pokémon ha sobrevivido hasta hoy a base de sacar nuevas criaturas con diseños extravagantes y nuevas capacidades. ¿Por qué entonces una saga que empezó hace 20 años tiene tanto tirón hoy conPokémon GO? Nintendo siempre ha dicho que su público objetivo son los jóvenes, pero eso no significa que los demás no puedan disfrutarlo.
Sería un error basar todo en un solo factor estilo “porque mola”, “porque es actual” o “porque son adorables”. Cada razón, por separado, no es suficiente para entender lo que está pasando.
El impulso del coleccionista
Pokémon se nutre de algo que muchísimas personas sienten como necesidad: coleccionar. Muchos hemos coleccionado gran cantidad de cosas en algún momento de nuestra vida: desde cintas de casete a latas de bebidas de todas partes del mundo pasando por muñecos de videojuegos. Es ese deseo de tener mucha variedad (más que cantidad) de un objeto que te gusta el que te lleva a hacer una colección.
Por otra parte, Pokémon GO usa la realidad aumentada, una tecnología que no es nueva pero que apenas se usaba hasta ahora, pues consume batería y datos en abundancia. Con ella se puede usar la imagen captada por el móvil y emplearla para recrear imágenes virtuales, muchas veces interactivas, como es el caso de Pokémon. Aquí usamos el entorno de la ciudad para encontrar a las criaturas y cazarlas.
Modelo de negocio
Pokémon GO se beneficia de un modelo de negocio tremendamente extendido, que es el conocido como “freemium”: la app es gratis, pero podemos realizar compras dentro de la ella si queremos lograr avances rápidamente. Estos avances se suelen poder conseguir gratis con tiempo y esfuerzo, pero para aquellos que los quieran tener lo antes posible, invirtiendo pequeñas (y a veces no tan pequeñas) cantidades de dinero los pueden lograr al momento. Este tipo de aplicaciones son cada día más frecuentes ya que no exigen un desembolso al jugador y le dan la libertad de elegir cuándo invertir.
Finalmente, la inteligente decisión de Nintendo de colocar su producto a disposición de iOS y Android hace posible que más del 99,5 % de los smartphones puedan descargarlo. Según datos de Kantar Word Panel, estos dos sistemas dominan el mercado mundial, frente al 0,5% de Windows Mobile y demás sistemas (en los que el juego no está disponible). De esta forma, casi todo el que tenga un terminal de gama media o superior tiene acceso a Pokémon GO.
Conductas impropias
Sería el momento de plantear la pregunta clave: ¿es Pokémon GO un juego recomendable? ¿Es éticamente bueno? Están teniendo lugar muchas críticas por incitar a los jugadores a conductas inadecuadas o molestas. Como suele ocurrir en estos casos, la acción depende del usuario: el juego por sí solo no puede hacer nada. Una cosa es que anime a explorar y otra que el usuario sienta que debe hacer cualquier cosa, por loca que parezca, para lograr las capturas. Si bien es cierto que carece de mucho sentido que aparezcan Pokémons en museos, comisarías de Policía o en el interior de túneles de autopistas (los programadores deberían tomar buena nota en esos casos), tiene aún menos que los jugadores no se lo piensen dos veces antes de cometer una locura.
Muy probablemente no podamos culpar a Nintendo ni a las empresas desarrolladoras y distribuidoras de que una persona decida llevar a cabo este tipo de actuaciones. pues se trata de decisiones personales libremente ejecutadas. Pero sí ayudaría una revisión de lo que muestra el juego en pantalla. Como se suele decir, muchas veces el sentido común es el menos común de los sentidos.
Fenómeno social
Como fenómeno social, Pokémon GO tiene unas capacidades enormes, y con las sucesivas actualizaciones se van viendo aumentadas, pero también unos grandes riesgos que requieren de madurez y lógica para no cometer errores.
¿No hay desventajas? Por supuesto, y se derivan de que el juego ocupa espacio, consume batería y datos. Pero, vistos los resultados, no parece que a los que la han descargado les importe mucho que esto ocurra. El espacio se puede liberar fácilmente borrando apps que no se usen, fotos y vídeos antiguos, etc.; la batería se recarga, y los datos, una vez agotados, hacen que la app vaya más lenta pero no que deje de funcionar. Además, la presencia cada vez más usual de puntos wi-fi de acceso libre, la posibilidad de compartir datos en ciertos smartphones y hasta algunas tarifas de datos casi ilimitados hacen que las desventajas sean hasta cierto punto irrelevantes.
Pokémon GO no deja de ser otra aplicación, una más en el inmenso mar de los juegos, que cualquier usuario puede descargar y jugar. Es cierto que el uso de un amplio grupo de la población llama la atención y que los medios de comunicación tienden a amplificar la repercusión. Sin embargo, conviene no dejarse llevar por las modas ni las locuras.
Como todos los juegos, requiere de un uso responsable y moderado que evite actuaciones fuera de toda lógica. Es excelente que llame a recorrer la calle, a ver lugares antes no vistos y socializar. Pero lo más importante es tener en cuenta las normas cívicas que hacen posible la convivencia saludable entre todos.
aceprensa.com
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