El científico alemán, especializado en neurociencia, reconoce que «la investigación es lenta», pero está convencido de que «se dará con una solución». Erwin Neher (Landsberg am Lech, Alemania, 1944) es físico e investigador especializado en neurociencia y acaba de pasar recientemente por Santander para participar en la XV Escuela Internacional de Farmacología Teófilo Hernando.
Este año las jornadas, organizadas por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, han estado dedicadas al alzhéimer, al cumplirse 110 años desde que este mal fuera descrito por primera vez por el médico alemán Alois Alzheimer. Se estima que esta enfermedad neuronal afecta a un millón y medio de personas en España, el tercer país del mundo con mayor prevalencia de esta demencia, según un informe de la OCDE.
—¿En qué situación se encuentra la investigación?
—Es un hecho que nadie hasta ahora ha encontrado ninguna terapia o medicamento que pueda realmente curar o retrasar el alzhéimer. Hay fármacos que pueden mejorar la condición de los pacientes y hacer más tolerable la enfermedad. Uno de estos medicamentos fue desarrollado con medios y técnicas en las que mi trabajo contribuyó, pero no es una cura.
—¿Por qué es tan complicado encontrar una cura?
—Uno de los problemas es que mucha de la investigación que se ha hecho en los últimos 20-30 años se ha centrado en los efectos de esta enfermedad en el cerebro, donde se pueden encontrar agregados de una determinada proteína. Una de las características fundamentales de la enfermedad de Alzheimer es la acumulación en el cerebro de una sustancia llamada beta amiloide. Se han hecho esfuerzos para disolver estos depósitos, pero sin éxito. El problema es que nadie sabe si estas placas son una de las causas del trastorno o simplemente una consecuencia de un proceso de la enfermedad desconocido. Hay muy poco conocimiento sobre si la causa final de la pérdida de la memoria es la muerte de las células, de las neuronas.
—¿Encontrará la ciencia una solución a esta enfermedad?
—Sí. Estoy convencido de que esto va a pasar. Hay varios investigadores que, por supuesto, generan un conocimiento que en un momento dado será suficiente para dar una solución, pero no sabemos ni cómo ni cuándo.
—¿Qué avances ha podido realizar después de recibir el Premio Nobel?
—Desarrollamos nuevos métodos para estudiar señales en células nerviosas. Con estas nuevas técnicas llegamos a descubrimientos importantes, pero también muchos laboratorios de todo el mundo usan ahora estos métodos para sus medicinas. El resultado más importante de todo esto es que, después de mucho tiempo y con los nuevos conocimientos que hemos adquirido, estos sistemas ayudan a mejorar la seguridad de las medicinas, así como crear otras nuevas y a entender los mecanismos de las enfermedades. No es lo que habíamos buscado con nuestras investigaciones, pero es una consecuencia importante.
—¿Por ejemplo?
—Por ejemplo, hay un medicamento llamado «memantina», que es el segundo más recetado en el mundo por los médicos a pacientes con alzhéimer. No es una cura, pero actúa para taponar la actividad de algunas neuronas. Es un medicamento probado, lo que significa que puede ayudar a los pacientes a lidiar mejor con la enfermedad. También ha sido muy importante en investigación cardiaca. Resulta que muchas moléculas de medicamentos tienen efectos secundarios en el corazón, en el sentido de que favorecen arritmias. Se descubrió que hay algo en el músculo del corazón que actúa como un imán para muchas moléculas de fármacos, y pueden alterar su funcionamiento. Hay una regulación de la Food and Drug Administration americana que indica que todas las moléculas de medicamentos tienen que ser probadas con nuestras técnicas para comprobar sus efectos secundarios. Solo si una molécula candidata pasa nuestros tests, la medicina se considera segura para ir a los ensayos clínicos.
—¿Y son seguros los fármacos que se usan para tratarlo hoy en día?
—Ahora, todos los nuevos medicamentos que salen al mercado han sido testados para comprobar que no tienen efectos secundarios.
—¿Cómo se puede prevenir esta enfermedad?
—Hay una serie de medidas evidentes, como mantener el cerebro ocupado, hacer deporte o realizar ejercicios mentales. Eso siempre ayuda, aunque no es realmente una cura. La gente espera resultados mañana, esperan nuevos fármacos, nuevas terapias; sin embargo, la investigación para conocer y entender los procesos básicos de la enfermedad es lenta. El problema es descubrir por qué estas enfermedades son incurables, y es porque todavía no entendemos cómo funcionan. Tenemos que aprender lo básico, y por eso estoy aquí.
abc.es
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