“El matrimonio es la cosa más bella que Dios ha creado”, indicó este sábado el Papa Francisco, “porque como dice la Biblia, cuando un hombre y una mujer se hacen una sola carne son la imagen de Dios”.
Dios y los niños, víctimas del divorcio
El Papa se refirió al matrimonio al responder a una señora georgiana, Irina, que le dirigió una pregunta durante el encuentro que el Papa mantuvo en la iglesia de la Asunta, catedral católica de Tbilisi (Tíflis), con sacerdotes, seminaristas, religiosos, religiosas, consagrados y laicos. El templo fue convertido en un gimnasio por los comunistas y reconstruido tras el desmoronamiento de la Unión Soviética.
El Santo Padre reconoció las tentaciones y problemas que puede existir en un matrimonio, así como la opción de divorciarse y ‘recomenzar de nuevo’: “Los gastos del divorcio los pagan dos personas: Dios porque cuando se ensucia la carne se ensucia la imagen de Dios y la pagan los niños".
El secreto: "Por favor, gracias, perdón"
Reiterando conceptos que se le han escuchado varias veces en los últimos años, Francisco consideró normal que en un matrimonio pueda haber una discusión, incluso “volar platos”, pero si hay amor se hace la paz enseguida: “Peleen todo lo que quieran pero no terminen la jornada sin hacer la paz”, dijo, porque “la guerra fría del día siguiente es peligrosísima”. Hay que hacer la paz y para esto es suficiente un gesto o una caricia.
Hay situaciones más complejas, precisó el Santo Padre, “en la que el diablo entra”, cuando se mete una mujer que parece más bonita de la propia o un hombre que parece más válido del propio. En ese caso “pidan ayuda enseguida”, exhortó el Papa.
Por ello les pidió a todos los creyentes, recibir, acompañar, discernir e integrar porque en la comunidad católica hay que ayudar a salvar los matrimonios.
A un matrimonio le preguntaría: ¿se quieren? A lo que dirían que ‘Sí’, pero añadió: "Y cuando alguien hace algo por el otro ¿saben decir gracias? Y si alguno de los dos se porta mal, ¿sabe pedir disculpas? Y si tienen algún programa, ¿saben pedir la opinión del otro? “Por favor, gracias, perdón”, subrayó, tres palabras que le permiten a un matrimonio ir bien y adelante.
El ejemplo de la anciana "no tan anciana"
Según informa Zenit, antes de esta intervención, al inicio del encuentro, monseñor Giuseppe Pasotto, administrador apostólico del Cáucaso de los Latinos, dio las gracias al Papa por su visita apostólica: “Su presencia nos anima a permanecer firmes en la fe de nuestros abuelos”.
Señaló que Georgia fue la tierra nativa del “nuestro primer santo mártir, San Vartan Mamigonian, que sacrificó su vida junto a sus compañeros para defender la fe cristiana" en el año 451.
Durante su intervención espontánea ante los congregados en la catedral, el Papa refirió lo que le sucedió en la mañana del sábado tras el recorrido que hizo en vehículo abierto, ya a pie. Una anciana de más de ochenta años ("bueno, no tan anciana", bromeó provocando la risa de todos, en velada alusión a su propia edad: los cumple el 17 de diciembre) lo saludó con cariño detrás de las vallas. "Tenía un diente de oro como se usaba antes", detalló Francisco. Le dijo que era armenia y vivía en Georgia y había viajado varias horas para ver al Papa el viernes y el sábado.
"¡Quería ver a Pedro!", se admiró Francisco, quien aprovechó para ensalzar esa fidelidad en la fe y "la capacidad de recibir el tesoro de la fe, conservarlo y transmitirlo, hacerlo crecer y darlo a nuestros hijos”.
Por ello, recordó, en Cracovia encomendó a los jóvenes hablar con los ancianos, porque “son los abuelos quienes nos han transmitido la fe”. "Una fe sin el testimonio de los abuelos no crece y tampoco una fe de la que no doy testimonio a los que vienen", encareció Francisco: “La fe precisa tener memoria del pasado, coraje en el presente y esperanza en el futuro”.
En caso de tentaciones contra la vocación...
En ese elogio a madres y abuelas, que ha mostrado en varias ocasiones en los pocos discursos pronunciados hasta ahora en Georgia, el Papa incluyó también el apoyo que prestan a las vocaciones. A un seminarista que también intervino le pregunto: "¿Qué te dijo tu madre cuando de chico dijiste que querías ser como ese sacerdote que celebraba?". Cuando el seminarista respondió que había aceptado la idea, Francisco lo valoró porque “la mujer perdía a un hijo”: "En el inicio de una vocación está siempre la mamá o una abuela", sentenció.
Y por eso invitó a los religiosos a custodiar ese recuerdo de la primera llamada, en particular en los momentos en los que la vocación pueda estar sometida a prueba: hay que "recordar que uno fue llamado por el Espíritu Santo, nunca mirar hacia atrás a no ser para recordar ese primer momento y encomendarse a la Santísima Virgen en las tribulaciones espirituales".
religionenlibertad.com
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