Dublín de 1980, donde la recesión económica hace que Conor abandone la comodidad de la escuela privada en la que estudiaba y tenga que sobrevivir en la escuela pública del centro de la ciudad, donde el clima es mucho más tenso. Encontrará un rayo de esperanza en la misteriosa y cool Raphina, y con el objetivo de conquistarla, le invita a ser la estrella en los videoclips de la banda que quiere formar.
Ella accede, y ahora Conor debe cumplir su palabra. Se cambia el nombre a "Cosmo" y se sumerge en las vibrantes tendencias de la música rock de los años 80, forma su banda y se entrega a componer canciones y a grabar videoclips.
La complicada adolescencia. Los amigos. El abusón. El primer amor, quizá, el gran amor. La época de soñar en grande, de los proyectos e ilusiones. Y de las primeras colisiones con la dura realidad: obstáculos, comportamientos irracionales, decepciones... Los padres, presencia y ausencia, el no-entendimiento, la pena. Los hermanos. Carney, que dirige y firma el guión en solitario, maneja maravillosamente estos temas. Por supuesto también en las canciones, que se funden en lo que se cuenta. Las interpretaciones son buenas.
Por la cuestión dublinesa y la época, el film podría hacer pensar en The Commitments, de Alan Parker. Aunque Carney, aun tocando temas serios y de calado, evita ser deprimiente o hacer sangre con el hecho de que las cosas no sean a veces como uno quisiera, domina la esperanza y la visión romántica, la idea de que uno puede conseguir aquello que se propone, pero claro, hay que intentarlo. El director de Once y Begin Again vuelve a dar en el centro de la diana con una película encantadora. (Almudí JD). Decine21: AQUÍ
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