Ante el posible referéndum sobre el matrimonio gay en Australia, Margaret Sommerville, profesora de bioética en la Universidad de Notre Dame, sugiere en MercatorNet no olvidar los derechos de los niños. Seleccionamos algunos párrafos.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos define el matrimonio como un derecho compuesto: los hombres y las mujeres “tienen derecho a casarse y a fundar una familia”. El “derecho a fundar una familia” hace del matrimonio la institución social que reconoce y establece los derechos de los niños respecto de sus padres y de la estructura familiar en la que son criados.
Si creemos que los niños, incluidos los que serán homosexuales de adultos, tienen derecho a una madre y a un padre –preferiblemente sus propios padres biológicos– y, a ser posible, a ser criados por ellos, entonces no podemos apoyar el matrimonio homosexual porque elimina ese derecho. Es cierto que no siempre se respeta ese derecho, pero en esos casos la sociedad no busca ese resultado de forma deliberada, lo que sí haría el matrimonio gay si se convirtiera en norma.
El matrimonio entre personas del mismo sexo también suscita cuestiones éticas resbaladizas.
LEER MÁS
aceprensa.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario