El entretenimiento en familia es un elemento vital en el desarrollo de los más pequeños
El tiempo vuela y antes de que los padres se den cuenta sus hijos dejarán de jugar. Su prioridad será otra. Ya no irán con su peluche favorito en la mano, ni pedirán que les lean un cuento.
Antes de que todo eso ocurra, los adultos tienen la «misión» de pasar tiempo con los niños, de jugar con ellos, aunque solo sean 15 minutos diarios. «Eso es más que intentar recuperar los momentos perdidos los fines de semana», afirma la psicóloga Alicia Banderas.
Más del 70% de los padres creen que es importante jugar con los pequeños, pero la falta de tiempo se sitúa como la principal excusa. Así se desprende del estudio #JuegaconEllos, realizado por Famosa, en el que los adultos aseguran que divertirse con los hijos es un «planazo».
«El juego es una parte vital para los niños, para su desarrollo, sus capacidades, para socializarse... Además, a ello se le suman los beneficios que ofrece esta práctica para los padres», insiste Banderas. Más del 40 por ciento de los encuestados –todos padres–, consideran que entretenerse con sus hijos les ayuda a conocerse tanto a sí mismos como a los pequeños.
Por ello, la psicóloga ha elaborado un decálogo para que los progenitores entiendan lo importante y beneficioso que es para ellos jugar con sus hijos.
GENERAR MOMENTOS MÁGICOS QUE RECORDAR SIEMPRE. Los padres tienen que aprender a valorarlos, ya que están cargados de gestos y significados. Para ambos, jugar puede ser el mejor momento del mundo.
SER UN GRAN CONOCEDOR DE TU HIJO. Jugar con los niños es una experiencia que aportará a los adultos la satisfacción de ver crecer al pequeño, disfrutar de su evolución, conocerle a fondo y observar sus logros y progresos.
DESCUBRIR CÓMO ES REALMENTE. Jugando pueden ser lo que quieran ser. Se despierta en los padres el niño que llevan dentro y descubren facetas que creían tener olvidadas.
APRENDER A SER MÁS FLEXIBLE. Disfrutar de un tiempo de entretenimiento con los niños es el ingrediente perfecto para contrarrestar algunas situaciones difíciles que se dan a diario.
TENER LA MEJOR ARMA CONTRA EL ESTRÉS. Hay que disfrutar el presente y centrarse en la experiencia de estar junto a los menores. Silenciar el teléfono móvil, olvidarse de los compromisos y obligaciones y ponerse en fase de entretenimiento familiar.
MEJORAR EL DOMINIO DE LAS EMOCIONES. Los niños van a otro ritmo en la vida: a veces, lento porque están descubriendo cosas; otras, más impulsivos e inquietos. Estar con ellos permite a los padres entrenar la paciencia en un ambiente positivo.
CONTAGIAR DE ENERGÍA. Esa «dosis» de vitalidad posiblemente no la vayan a vivir de manera tan intensa en otras etapas de la vida. Hay que sentirse vivo y feliz mientras se juega.
ABRIR LA MENTE. La lógica e imaginación de los pequeños, más creativa, ayudará a resolver los problemas cotidianos y, por qué no, laborales.
MOSTRAR LA MEJOR VERSIÓN DE SÍ MISMO. Muchas veces se vive tan deprisa que se deja de lado aquello que realmente se desea. Al jugar, los niños percibirán a sus padres más relajados, sin prisas, sin estrés.
abc.es
Juan Ramón Domínguez Palacios
http://lacrestadelaola2028.blogspot.com
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