ACTUALIDAD

martes, 2 de mayo de 2017

Un italiano en Noruega

Checco es un hombre que vive aferrado al empleo fijo en una administración regional, uno de los sueños de su vida, y es capaz de cualquier cosa antes de perderlo cuando el Estado decide suprimir las provincias. Cuando se ve forzado a elegir entre la indemnización o un traslado, el protagonista acepta ir destinado a una base científica italiana en el Polo Norte.
Divertida. Muy divertida. Si la principal misión de una comedia es hacer reír habría que situar a Un italiano en Noruega en uno de los más altos escalafones de su género, porque el director Gennaro Nunziante y el actor Checco Zalone han dado en el clavo, y de pleno.
Está claro que aquí el estilo es cien por cien Zalone –actor, guionista, compositor­–, un cómico de raza que más que interpretar –no parece especialmente bueno en este aspecto– sabe tocar a la perfección las teclas del imaginario común de la parodia, especialmente sirviéndose de los tópicos del mundo moderno. Desde luego se entiende que el film se haya convertido en uno de los más taquilleros de la historia de Italia.
La idea del funcionario que se agarra a su puesto contra viento y marea es ya un caldo de cultivo magnífico para dar rienda suelta a numerosos episodios de gran comicidad, y al llevarlo al extremo funciona de modo genial la rivalidad entre Zalone y la rígida funcionaria del ministerio que pretende hacerle firmar la dimisión. Aunque algunos toques de humor son levemente groseros, en general Zalone orilla bastante la zafiedad, lo cual se agradece. (Almudí JD). Decine21: AQUÍ


No hay comentarios:

Publicar un comentario