¿Es la mayor autonomía en la gestión una garantía para el éxito de un colegio? Depende de para qué se emplee. Algo tan obvio explica que entre las charter schools(CS) exista una gran diferencia en cuanto al rendimiento académico, más que entre las escuelas públicas, aunque predominan los buenos resultados. Para los próximos años queda un reto: seguir aumentando la capacidad de elección de los padres y al mismo tiempo contribuir a integrar una sociedad fuertemente segregada.
En 1991, el estado de Minnesota aprobó la primera ley que contemplaba la creación de escuelas públicas de gestión privada, las CS. La idea partió de Albert Shanker, un conocido sindicalista norteamericano. En 1987 Shanker visitó una escuela en Suecia: le fascinó la autonomía de los profesores en todos los aspectos. También le gustó que la admisión y el agrupamiento de alumnos hubieran sido diseñados para mezclar en cada clase a estudiantes de todos los estratos socioeconómicos.
A su vuelta, Shanker comenzó a movilizarse para implantar un modelo parecido en su país. Pensaba que podía ser un estímulo para una red pública que estaba fracasando en varios aspectos: el nivel académico y de disciplina era bajo, en parte por la poca motivación de unos profesores que apenas tenían voz en la gestión del centro; además, tampoco se estaba consiguiendo el objetivo de la integración: estudiantes ricos y pobres se concentraban en diferentes colegios.
Aceprensa
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