ACTUALIDAD

jueves, 8 de septiembre de 2016

La paradoja de nacionalizar el islam en la Francia laica

Desde que el presidente Chirac promovió la ley para prohibir el velo islámico en los servicios públicos, como signo de neutralidad por parte de las administraciones,laicidad no es precisamente un término pacífico en la opinión pública francesa. La cuestión de la identidad republicana se ha agudizado con los últimos atentados terroristas.
El combate en torno al llamado burkini dista de ser anécdota veraniega: refleja aspectos nucleares del debate sobre la presencia de la religión en el espacio público. En su día, especialmente con la ley de 1905, el objetivo era el catolicismo; pero, en estos momentos, Francia no sabe qué hacer con la presión derivada de la que se ha convertido en la segunda religión del país.

Una minoría musulmana silenciosa

Muchos políticos intentan encauzar el fenómeno aplicando al islam categorías procedentes de la religión católica o del derecho eclesiástico, como si fuese posible algún tipo de enfoque concordatario. Pero esos esquemas, aunque han conseguido al menos que exista en Francia un órgano representativo de los musulmanes –Consejo Francés del Culto Musulmán (CFCM), no aceptado por todos–, olvida una diferencia radical: la jerarquía católica reconoce con bastante claridad, especialmente después del Concilio Vaticano II, la legítima autonomía de las realidades temporales. En la órbita islámica, permanece viva una confesionalidad religiosa configurada por la primacía de la autoridad política, que unifica a los ciudadanos, como sucede en conocidas repúblicas y monarquías (desde Marruecos a la Arabia Saudita).
Aceprensa
LEER MÁS

No hay comentarios:

Publicar un comentario