La historia real jamás revelada sobre cómo Dick Cheney (Christian Bale) un callado burócrata de Washington, acabó convirtiéndose en el hombre más poderoso del mundo como vicepresidente de los Estados Unidos durante el mandato de George W. Bush, con consecuencias en su país y el resto del mundo que aún se dejan sentir hoy en día.
El director repite las técnicas narrativas que tan buen resultado le dieron, de modo que tenemos un narrador inesperado con mucho corazón, por así decir, e irónicas bromas que rompen la cuarta pared con el espectador para explicar los enjuagues y tejemanejes de la política, el modo en que se engatusa a la gente de la calle y a los otros que intentan manejar el cotarro del poder. Algunos de estos recursos están usados con originalidad y talento, destilando ironía por todos los poros.
Hay además un esfuerzo por humanizar a los personajes, para tratar de entenderlos y no limitarse a una tosca caricatura. A pesar de todo no puede uno por menos de considerar que las cosas se muestran de un modo algo simplista. Pueden excusarse estos defectos por la condición satírica del film, pero como en el fondo late la intención de ser una fábula de advertencia sobre unos Estados Unidos que podrían alejarse de los principios democráticos que los constituyeron, no dejan de ser eso, defectos. (Almudí JD). Decine21: AQUÍ
Juan Ramón Domínguez Palacios
http://lacrestadelaola2028.blogspot.com
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