A sus 69 años, el canadiense Michael O´Brien, padre de seis hijos y ahora abuelo, es considerado por muchos como el mejor novelista católico vivo.
Cientos de miles de lectores han leído El Padre Elías, la obra con la que se consagró mundialmente, y otras más que se convirtieron en una profecía de lo que se está viviendo ahora, y que con su tinte apocalíptico alertan de los nuevos totalitarismos que se dan en la sociedad actual.
En Francia acaban de publicar Le journal de la peste, novela que publicó en 1999 y que en español se editó bajo el título de La última escapada, y que anticipaba la realidad actual de la imposición escolar de la ideología de género: un padre que lo deja todo y huye con sus hijos, perseguido como un peligroso criminal por no querer que sean adoctrinados en el colegio.
Una revolución que afecta a todas las esferas
En una entrevista en Famille Chretienne, Michael O´Brien habla de la decadencia de Occidente y afirma que “los signos de decadencia son legión. Uno puede ver los síntomas en todas las artes, y especialmente en la glorificación del arte degenerado, la industria del entretenimiento y el poder de los nuevos medios para controlar y reformatear la conciencia. Estamos viviendo una revolución cultural y, de hecho, una revolución que afecta a todas las esferas”.
Preguntado sobre el papel de los católicos en Occidente en este contexto actual donde son cada vez más arrinconados, el escritor canadiense alerta de que “estamos presenciando una revolución social y política impuesta a todas las naciones”. En primer lugar cita “la redefinición de la moralidad sexual, de la cual la revolución de género es un ejemplo obvio. Así como el surgimiento de una cultura de la muerte llamando bien al mal, y al asesinato de un niño en el vientre de su madre un gesto de compasión”.
"Ser signos de contradicción"
A su juicio, “estamos en un universo totalmente invertido. Por eso es tan vital para los católicos defender la verdad. Debemos aceptar, como Jesús, ser signos de contradicción. Pero una contradicción de amor y verdad al mismo tiempo”.
Michael O´Brien asegura que él no hace predicciones, pero en sus novelas que sí tienen tintes apocalípticos sí genera preguntas. “Si es el tiempo profetizado por Jesús, los apóstoles y los profetas, entonces la pregunta que debe hacerse es: ‘¿estoy en vela?’ Porque Jesús nos dice: ‘¡Estad en vela!’”.
En general las políticas de los dirigentes de los países occidentales como el caso de Trudeau en Canadá, país del escritor, Macron en Francia o Sánchez en España van contra los ideales cristianos. Ante esto, O´Brien cree que “cada vez que una idea va contra la vida y los Evangelios proviene de un espíritu del Anticristo. Pero hay que tener cuidado. No podemos rechazar esto o a aquel líder diciendo: ‘Este es el Anticristo’. Vivimos en medio de este espíritu que impregna todo el mundo occidental . En su primera epístola, el apóstol San Juan dice que un día vendrá el hombre de pecado, el verdadero Anticristo. Y muchos anticristos primitivos lo prefiguran.
El don de la esperanza
Ante esto es necesaria la “esperanza”. El escritor canadiense asegura que el optimismo, la desesperación, la rabia o el miedo no son cristianas. “Es natural sentir miedo, disgusto o desánimo. Pero luego tenemos que volvernos profundamente a Cristo y pedirle la gracia. La virtud del valor es natural, la esperanza es un don sobrenatural de Dios. Y así, cuando nos enfrentemos a la oscuridad del mundo debemos pedir el don sobrenatural de la esperanza”.
¿Qué deben hacer los católicos en el mundo de hoy? Ante esta pregunta, el autor de El Padre Elías lo tiene claro: “Hay que formar y proteger, sin duda con prudencia, a nuestros hijos. Pero, al mismo tiempo, nuestros corazones deben estar abiertos para amar a cada persona, incluso a nuestros enemigos. Sin compromiso, pero también sin miedo”.
Sin alejarse de lo que ocurre en su país, el gran laboratorio de la ideología de género, O´Brien afirma que en Canadá por ejemplo se produce “un ataque a la familia”, la eutanasia es completamente legal y ahora cualquiera puede ser “sacrificado” sólo por estar deprimido o ser enfermo mental. “Estoy convencido de que uno de los síntomas del totalitarismo es que algunos seres humanos son desechados”, sentencia.
El papel de los pastores
No son tiempos fáciles para la Iglesia, con la grave crisis de los abusos sexuales que la está sacudiendo. Michael O´Brien espera de los obispos que sean verdaderos pastores. “Su principal responsabilidad es la salud de su rebaño. Los terribles escándalos en EEUU son extremadamente dolorosos para los obispos. Pero tal vez el Señor permita que estos escándalos se vuelvan visibles para que la decadencia secreta emerja y se purifique. Y para que la Iglesia, esposa de Cristo, se prepare para encontrarse con su Esposo”.
A su juicio, “la purificación del mundo está en progreso. Pero debemos rezar por el rebaño y para que esta purificación se realice tanto en la verdad como en la caridad. Y no se sacrifiquen ovejas, ni hijos, ni jóvenes. Un buen pastor no sacrifica sus corderos, él da su vida por ellos. La tarea que tenemos ante nosotros es rezar como nunca hemos rezado por la limpieza y la fortaleza de la Iglesia. Pero no podemos reparar la Iglesia por nuestra cuenta, sólo la Iglesia puede hacerlo”.
religionenlibertad.com
Juan Ramón Domínguez Palacios
http://lacrestadelaola2028.blogspot.com
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