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sábado, 19 de noviembre de 2016

'Hungría no ha elegido la neutralidad en política, sino los valores cristianos'

La ministra de Familia del país magiar, Katalin Novák, ha participado en el 'Seminario sobre buenas prácticas internacionales de apoyo público a la familia' organizado por Familia y Dignidad Humana. Una jornada para reivindicar el papel social y económico de la familia y abordar el principal desafío de Europa: luchar contra la crisis demográfica. Hungría, seis años de Gobierno de Fidesz y una voluntad clara: proteger y apoyar a la familia. 

Con un Ejecutivo formado por 11 ministros (liderado por el premier Viktor Orbán) que suman, entre todos, 37 hijos -“eso es más de tres hijos por ministro de media”, explica la ministra responsable de Familia, Katalin Novák- superar el desierto demográfico que vive el país magiar es el principal reto. Así lo ha explicado Novak en el Seminario sobre buenas prácticas internacionales de apoyo público a la familia celebrado este viernes y organizado por la Asociación Familia y Dignidad Humana.

Un apoyo a la célula principal de la sociedad con el que el Ejecutivo de Orbán se emplea a fondo y lo hace, además, con ausencia de neutralidad. “En los últimos tiempos se habla de la neutralidad como si fuera un valor positivo en la política y nosotros, en el gobierno húngaro, no hemos elegido la neutralidad. Creemos que hay unos valores -los cristianos- que son los que debemos defender y mostrar”. 

Las cartas sobre la mesa, guste o no. Y parece que la idea no va del todo mal, teniendo en cuenta que en los últimos años la gestión de los de Fidesz ha conseguido reducir en un 23% las elevadísimas tasas de aborto que se registran en Hungría. Habla Novak, en este sentido, de la gran brecha detectada entre el número de hijos que las familias tienen en Hungría y los que desearían tener. “Los jóvenes querrían tener dos o más hijos, y sólo tienen uno. ¿Qué les impide ser padres?”, se pregunta. Y la respuesta a esta situación viene, en el caso de Hungría, en forma de ayudas: inmobiliarias, de menor presión fiscal y de conciliación. 

Se trata, al fin y al cabo, de apostar por una política que proteja a las comunidades y “no al individualismo” tan de moda en los últimos tiempos. Frente al 2,7% de media de la OCDE, Hungría destina el 4% del PIB a medidas destinadas a apoyar a la familia y, dato importante, a todas las familias, no sólo a las desfavorecidas. Por eso, ha explicado Novák en el seminario, su Gobierno ha optado por separar el tradicional Ministerio de Familia y Asuntos Sociales y crear uno exclusivo para la familia. “Si se une a asuntos sociales, se da la idea de que la familia es, de alguna manera, un problema o que hay que ayudar a las familias con problemas. 

Y nuestra intención es la contraria. Hay que ayudar a todas las familias por la importancia que tienen”. El ex eurodiputado popular Jaime Mayor Oreja ha ejercido de moderador en la mesa redonda. Contaminación ideológica Desde Francia, la presidenta de Manif pour Tous, Ludovine de la Rochère, ha denunciado la falta de compromiso hacia la familia que se vive en su país que, a pesar de tener la tasa de natalidad más elevada de Europa (2,01 hijos por mujer) no alcanza la conocida como tasa de reposición (2,1). 

 “El matrimonio -denuncia- se degrada cada vez más. Cada vez hay más divorcios y más niños nacidos en ambientes extramatrimoniales pero los políticos siguen con la misma política familiar que en 1945”. Además, señala De la Rochère, se ha impuesto en la sociedad la idea de que tener familias numerosas es responsabilidad de quien las quiera tener y, en lugar de reconocer el enorme valor social de esa familia, se acaba con la solidaridad horizontal de antaño. Este problema de políticas ineficaces se une, a juicio de la francesa, a uno todavía mayor: “la deriva ideológica de parte de la izquierda en Francia. 

Han concluido que la familia es un lugar de injusticia y desigualdad por la desigualdad que existe entre hombre y mujer. Intentan, entonces, deconstruir la familia y la fundan en la mera voluntad: uniones de dos hombres o dos mujeres que deciden tener un hijo y lo adoptan o lo encargan a una mujer. La filiación se convierte en mera voluntad social: este niño es mi hijo”. Un “cambio considerable” que el Gobierno francés legalizó en 2013 al permitir la adopción a parejas homosexuales. 

Medidas, recuerda la presidenta de Manif por tous, “muy graves” que se unen a políticas económicas que asfixian a las familias y a medidas ideológicas que perjudican a la mujer. Pone como ejemplo de esto último el cambio en la baja de maternidad. En Francia existía, tradicionalmente, una baja de maternidad de tres años. Con las leyes igualitarias, se impone por obligación el reparto de este periodo entre los progenitores teniendo uno de ellos que disfrutar, al menos, de un tercio (1 año). “El resultado -explica De la Rochère- es que el 86% de las mujeres pierden un año de baja de maternidad mientras que los padres no cogen ese año que se les impone por ley”. 

Entre sus conclusiones: “Resulta imprescindible que el principio del respeto al interés superior del menor figure en la Constitución francesa”. Tanto las ponentes húngara y francesa como el resto de invitados -el fundador de In the name of the family, el croata Kresimir Planinic y el diputado alemán Martin Patzelt- han coincidido en señalar la necesidad de recuperar políticas familiares efectivas y han alertado sobre la tendencia existente en la Unión Europea a imponer a los países miembro cuestiones que son “y deberían seguir siendo” de ámbito exclusivamente nacional. 

En el imperio del globalismo, la ministra de Familia húngara y la representante francesa señalan el intento de Bruselas de imponer la agenda LGTB, dictar las políticas familiares y conseguir que se imponga a todos los países de la UE la aceptación del matrimonio homosexual. El seminario ha sido inaugurado por la presidenta de Familia y Dignidad Humana, Lourdes Méndez, que ha denunciado el totalitarismo de la ideología de género, "una de las principales amenazas para la familia". 

Junto a ella han estado el vicepresidente de la Fundación Universitaria San Pablo CEU, Manuel de Soroa, el presidente del Foro de la Familia, Mariano Calabuig; la concejal del Ayuntamiento de Madrid Beatriz Elorriaga; el consejero de Política Social de la Junta de Galicia, Xosé Manuel Rey; el director de la Fundación Más Familia, Rafael Fuertes, y el alcalde de Guadalajara, Antonio Román.

la gaceta

1 comentario:

  1. ¡Cuánto bien nos haría imitar lo bueno de los demás países en lugar de cacarear tanto la palabreja PROGRESO!

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