El museo reúne 14 obras para la Catedral de Santiago del genial artista en su primera exposición. Un hito histórico.
A este «otoño fantástico» del Prado (Clara Peeters, Ribera, «Metapintura», el concurso del Salón de Reinos) se suma la primera exposición que el museo dedica al Románico y primera monográfica realizada hasta la fecha sobre el Maestro Mateo, artífice de uno de los mayores hitos del arte europeo: el Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago. La única obra capaz de competir con «Las Meninas» en número de reproducciones, según Miguel Falomir, director adjunto del Prado.
Reunir en la Cripta del museo –junto a su colección medieval– catorce piezas mateanas que fueron desmanteladas de la fachada exterior del Pórtico de la Gloria y el Coro de la catedral de Santiago ha sido, en palabras de su director, Miguel Zugaza, «un empeño ciclópeo», al que han contribuido, junto al museo, la Real Academia Gallega de Bellas Artes y la Fundación Catedral de Santiago, con la colaboración de la Xunta de Galicia, el Xacobeo, el Consorcio de Santiago y la Diputación de La Coruña.
Reunir en la Cripta del museo –junto a su colección medieval– catorce piezas mateanas que fueron desmanteladas de la fachada exterior del Pórtico de la Gloria y el Coro de la catedral de Santiago ha sido, en palabras de su director, Miguel Zugaza, «un empeño ciclópeo», al que han contribuido, junto al museo, la Real Academia Gallega de Bellas Artes y la Fundación Catedral de Santiago, con la colaboración de la Xunta de Galicia, el Xacobeo, el Consorcio de Santiago y la Diputación de La Coruña.
El Románico de la Catedral de Santiago ha sido maltratado a lo largo de los siglos. Hasta 1519-1521 el templo estaba abierto de noche y de día. Pero, debido a los escándalos y desórdenes en su interior, se decidió cerrarlo con unas puertas. Para ello fue preciso retirar las estatuas-columna de los portales y relieves. En 1738 se encarga a Fernando de Casas Novoa la construcción de la nueva fachada del Obradoiro, sustituyendo la románica por una barroca. Ramón Yzquierdo, director técnico-conservador del Museo Catedral de Santiago y comisario de la exposición, explica que muchas de las figuras desaparecieron: unas se enterraron, utilizándose como material de relleno. Otras se abandonaron en los Jardines de Fonseca, donde el conde de Ximonde se hizo con algunas de ellas en el siglo XVIII.
Las nueve esculturas de granito conservadas de la fachada exterior del Pórtico de la Gloria, hoy desaparecida, se reúnen por vez primera. Entre ellas, las estatuas-columna de los reyes David y Salomón, de la Catedral de Santiago, recientemente restauradas. En el XVII se instalaron en el pretil de la logia que remata la gran escalinata barroca de la plaza del Obradoiro. La cabeza de Salomón fue destruida por un rayo en 1729. Se sustituyó por otra. Algunos especialistas vinculan esas figuras con las estatuas-columna de los profetas Abraham e Isaac. Las compró el Ayuntamiento de Santiago en 1948 por 400.000 pesetas. Estuvieron en las escaleras del Palacio de Rajoy. Después pasaron a manos de Franco y en la actualidad son propiedad de su familia. Del Pazo de Meirás se trasladaron a la Casa Cornide de La Coruña.
Una tercera pareja, formada por las esculturas de Elías y Enoc, estuvieron en depósito en el Museo Catedral de Santiago hasta los 50. El Museo de Pontevedra las compró en 1956 a los condes de Ximonde por 250.000 pesetas. El conjunto se completa con una estatua-columna sin cabeza (vendida en 1956 a Emilio Baladrón, que la conserva en su pazo cerca de Compostela, representa a un rey bíblico, a Fernando II o a Santiago Caballero) y una estatua-columna masculina, aparecida el pasado mes de octubre durante los trabajos en la Torre de las Campanas de la catedral (con la cabeza mutilada, esta figura hierática, de más de 1,85 de altura, vuelve a estar en pie cinco siglos después). Se utilizó como material de relleno y se exhibe por vez primera. También inédita, una cabeza de hombre, de una colección privada de Compostela.
Coro pétreo
Asimismo, se muestran en el Prado un rosetón que coronaba la nave central del templo y que se reconstruyó a partir de fragmentos hallados en 1961; dos dovelas con decoración en relieve que abordan el castigo de la lujuria, y dos piezas procedentes del Coro pétreo, otra de las obras del Maestro Mateo para la Catedral de Santiago. En 1604 el Coro se reemplazó por una sillería de madera. Muchas piezas acabaron como material de relleno. Otras se reubicaron en diversos espacios. Han viajado al Prado un «San Mateo» y el hermoso relieve «Caballos del cortejo de los Reyes Magos», que aún conserva restos de su policromía. La muestra, que anoche fue inaugurada por el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo –ayudó a desatascar el proyecto cuando surgieron algunos problemas–, y el ministro de Cultura, Íñigo Méndez de Vigo, incorpora unas tabletas, gracias a las cuales se puede admirar la reconstrucción del Pórtico de la Gloria.
Tanto Manuel Quintana, presidente de la Academia Gallega de Bellas Artes, como Daniel Lorenzo, director general de la Fundación Catedral de Santiago, se mostraron emocionados. Ver al Maestro Mateo en el Prado, dice el primero, ha sido «un reto, un sueño y un hito histórico para Galicia». Añade Lorenzo: «Hemos traído la fachada pétrea del Pórtico de la Gloria, un pilar de Europa, al Prado. Hemos traído el Camino al Prado»
abc.es
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